En diferentes ciudades del país existen obras públicas que no representan un verdadero aporte a la población, lamentablemente Zihuatanejo no es la excepción, pues en la actualidad hay varios espacios que no sirvieron de nada o que son utilizados para actividades que no fueron hechas.
El caso mas representativo es el del monumento Los Bailarines, ubicado sobre la avenida Morelos y construido durante la administración del ex Presidente Gustavo García Bello, que desde su presentación como proyecto hasta la fecha causó mucha polémica.
Este monumento diseñado por el Arquitecto Andrés Saavedra, en conjunto con la remodelación de camellones en vialidades aledañas, tuvo un costo total estimado de los cuatro millones de pesos.
Desde el monto de inversión, hasta el diseño, la obra desprendió comentarios que en su mayoría fueron negativos, sin embargo el proyecto continuó; al día de hoy es prácticamente inservible, a pesar de contemplar bancas, durante el día nadie lo utiliza porque no brinda sombra para las personas y en la noche no acuden porque prefieren estar en otros puntos de la ciudad.
Otra obra es el Parque de La Culebra, situado en la colonia Vicente Guerrero; a diferencia de los bailarines, este espacio público si es utilizado pero no para lo que fue construido.
Según el proyecto, la obra contempla áreas de esparcimiento para actividades recreativas y deportivas, así como culturales, por contar con un pequeño auditorio al aire libre que no es aprovechado.
En su lugar, habitantes han instalado puestos semifijos de vendimia de ropa y demás artículos, actividad que es válida y que hasta el momento no ha sido criticada o mal vista por los propios vecinos, pues se trata de empleos dignos, sin embargo, lo cierto es que ese espacio no fue destinado para tal actividad.
Los gobernantes en su momento se han abocado a la creación de este tipo de espacios, pensando en que pueda ser aprovechado por la población, sin embargo, hay dos factores por los que no se concreta esa intención: la primera es que lo proyectan de forma errónea como Los Bailarines, y la segunda corresponde a la ciudadanía, quienes no le dan el uso adecuado.
Cual quiera que sea el caso, muchos habitantes esperan que las próximas obras no sean lo mismo, que antes de ejecutarlas piensen dos veces el propósito que van a darles.