En la actualidad y siempre las relaciones de pareja enfrentan desafíos complejos, desde la rutina diaria hasta la comunicación, con ello la terapia de pareja se posiciona como una alternativa efectiva para mejorar la convivencia, reconstruir la confianza y promover el crecimiento emocional mutuo.
Aunque asistir a terapia puede verse como un último recurso, pero los especialistas piden que se vea como una forma de prevención y fortalecimiento del vínculo. En terapias de pareja se abordan varios problemas.
Problemas abordados
problemas de comunicación, celos, infidelidad, crisis de confianza, tener hijos, decisión de mudarse, entre otros.
Una Encuesta Nacional Epidemiológica, reveló que, el 16 por ciento de la población mexicana padece algún tipo de trastorno mental como depresión, bipolaridad, angustia, ansiedad, bulimia y anorexia, entre algunos otros; sin embargo, menos de tres por ciento de los mexicanos acude a una supervisión psicológica cuando padece algún trastorno emocional.
Problemas mentales en México
16% de los Mexicanos padecen trastorno mental
3% acude con especialista
Fuente: Encuesta Nacional Epidemiológica
Al acudir a una terapia de pareja, los psicólogos establece las sesiones de acuerdo al método que elija el especialista, en este se estipula el tiempo que no va más allá de 50 minutos o una hora, donde ambos miembros de la pareja participan activamente. A través de ejercicios guiados, escucha activa y dinámicas específicas, el terapeuta ayuda a identificar patrones de comportamiento y emociones que pueden estar afectando la relación.
Uno de los objetivos principales es que cada integrante logre expresar sus necesidades y emociones de manera clara y sin violencia, fomentando la empatía, el respeto y acuerdos realistas.
La terapia no siempre tiene como objetivo evitar la separación. En algunos casos, puede ayudar a una pareja a cerrar un ciclo de forma saludable, sin rupturas conflictivas.
Aunque aún existe cierto estigma en torno a pedir ayuda profesional en temas afectivos, cada vez más parejas, especialmente jóvenes, se muestran abiertas a buscar orientación. La terapia se convierte así en un espacio seguro para reflexionar, sanar heridas y construir relaciones más conscientes y equilibradas.