Verduras al alza: productores venden barato y consumidores pagan caro

Mientras productores del campo continúan vendiendo sus cosechas a precios mínimos para evitar pérdidas, los consumidores en Zihuatanejo pagan la fluctuación de precios en los alimentos.

La brecha entre el precio de origen y el precio en anaquel con fruterías locales que muestran variaciones drásticas que poco tienen que ver con lo que realmente recibe el agricultor.

Precio de frutas y verduras

Aguacate Hass $60 MXN / ene 2025 - $80 MNX nov 2025

Cebolla blanca $44.90 MXN/ ene 2025- $30 MNX nov 2025

Naranja $28.80 MNX ene 2025/ $20 MNX nov 2025

Fuente: Soriana, Chedraui, Mercado Municipal

Estas diferencias ilustran que, aunque el consumidor a veces se encuentra con precios bajos, estos dependen más de políticas comerciales que del valor real del producto en campo.

Productores locales señalan que ellos siguen vendiendo "barato y rápido" para evitar pérdidas, ya que no cuentan con infraestructura de almacenamiento ni cadena de frío que les permita esperar mejores condiciones del mercado.

En contraste, los comerciantes minoristas explican que sus costos operativos se han disparado: transporte, hielo, refrigeración, combustible y salarios. Aseguran que se paga lo gusto y hay un gasto enorme por movilizar el producto.

Especialistas consultados explican que la falta de precios justos no se debe a un solo factor, sino a una cadena desequilibrada. Quienes más pierden, coinciden todos, son los pequeños agricultores y las familias que compran al día.

Para enfrentar esta situación, algunos comerciantes comienzan a buscar alternativas: compras directas al productor, cooperativas para abaratar costos y alianzas con proveedores locales para reducir la dependencia de centrales de abasto foráneas.

 Sin embargo, sin una estrategia coordinada entre productores, gobierno y comercios, los precios seguirán moviéndose al ritmo del mercado y no del esfuerzo del campo.

Mientras tanto, en Zihuatanejo, el costo final de las verduras sigue siendo un rompecabezas que nadie termina de resolver: el productor recibe poco, el consumidor paga mucho, y la promesa de precios justos parece alejarse con cada temporada.