Aguas residuales afectan salud y educación en El Esterito
El derrame constante de aguas negras en la colonia Esterito durante los últimos 10 años no solo ha afectado la salud de los habitantes, sino también ha comenzado a interrumpir las actividades escolares, obligando a la suspensión de clases y poniendo en riesgo el bienestar de los estudiantes.
Las escuelas más afectadas por esta problemática son la primaria Francisco I. Madero, ubicada en calle Aquiles Serdán, y el jardín de niños Pestalozzi, en Ignacio Altamirano. Ambas se encuentran en las inmediaciones de la colonia Esterito, una de las más antiguas de la ciudad.
Ramón Hernández, director de la primaria Francisco I. Madero, detalló que los baños del plantel han colapsado en distintas ocasiones por el mal estado del drenaje. Esto ha obligado al personal docente a tomar decisiones difíciles. "Si no hay una respuesta inmediata, optamos por suspender las clases al día siguiente por salud, porque estar en contacto [con aguas negras] afecta la salud de las personas. Lo más que hemos suspendido es un día", declaró Hernández.
Por su parte, Coral Díaz, representante del Comité de Defensa Popular de Colina del Sol, señaló que la situación es tan grave que madres y padres de familia han tenido que recoger a sus hijos a media jornada escolar. "Ese callejón siempre está invadido de aguas negras. Está saturado y tapado todo ese ducto, y por ende los niños no pueden salir de sus casas; los papás deciden no llevarlos al jardín", aseguró Díaz.
La raíz del problema, según autoridades y vecinos, está en la antigüedad de las tuberías ?algunas con más de 60 años? y en la deficiente operación del Cárcamo 1, construido hace más de cuatro décadas. Este cárcamo recibe aguas residuales de colonias como Esterito, Pedregal del Cortés, Residencial Colina del Sol, La Ladrillera, Ciudad del Cielo, Colina de la Cruz, El Choyal, Navarro Rubio y Agustín Olachea.
Aunque el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado (SAPA) ha realizado labores de limpieza internas y externas, el director del plantel advirtió que las reparaciones temporales no son suficientes. "El trabajo que hacen nos dura como dos años y se vuelve a presentar. Hace falta que se tomen otras medidas. Esto le corresponde a las autoridades de Educación Pública", señaló Hernández.
La comunidad escolar y vecinal exige atención urgente. El problema ha superado el ámbito de infraestructura para convertirse en una vulneración al derecho básico a la educación y a vivir en un entorno limpio y saludable.
