Hace dos semanas, un nido de tortugas ubicado en la playa El Saltito, certificada como "Platino", fue destruido por un vehículo que realizó círculos sobre él, evidenciando la vulnerabilidad de estos ecosistemas ante la acción humana.
En Baja California Sur, se registran cinco especies de tortugas marinas. Dos de ellas, la tortuga caguama (Caretta caretta) y la tortuga carey (Eretmochelys imbricata), visitan las costas únicamente para alimentarse, mientras que las otras tres especies se reproducen en las playas del estado.
La tortuga golfina (Lepidochelys olivacea) anida de manera regular, mientras que la tortuga laúd (Dermochelys coriacea) y la tortuga prieta (Chelonia mydas agassizii) lo hacen de forma esporádica.
Especialistas señalan que, pese a los avances legales y los esfuerzos de conservación, las tortugas marinas continúan enfrentando amenazas constantes debido al descuido humano. Enedino Castillo García, presidente del Grupo Tortuguero de Todos Santos, afirmó que muchos vehículos transitan sobre la playa y afectan el ecosistema de las tortugas marinas.
"Hay cuatrimotos, gente que arroja basura, no respeta el entorno y todo eso impacta el hábitat. Por eso hemos estado insistiendo ante las autoridades competentes de que se lleven a cabo acciones, pero al parecer no hay eco", expresó.
La situación se refleja en las estadísticas recientes: en 2023 se contabilizaron 13 tortugas fallecidas por diversos factores y en 2024 la cifra ascendió a 17. Aunque las sanciones por dañar tortugas o su hábitat pueden alcanzar hasta tres millones de pesos, de acuerdo con el Código Penal Federal, la falta de vigilancia y conciencia ciudadana impide frenar el problema.
El manejo inadecuado de crías durante las liberaciones públicas representa otro riesgo, ya que solo los técnicos certificados pueden intervenir sin causarles daño o propagar bacterias como la salmonela. La Dra. Graciela Tiburcio Pinto, especialista en manejo y conservación de vida silvestre, advirtió que la Norma Oficial Mexicana 162 prohíbe manipular las crías, a excepción del técnico de campo.
"Si les ofrecen que les van a dar la cría, que la van a agarrar o liberar, esto es ilegal. Apártense de este tipo de manejo", puntualizó.
La especialista enfatizó que la educación ambiental por sí sola no es suficiente; es imprescindible aplicar la ley y sancionar a quienes dañan las zonas de anidación para proteger la vida marina en Baja California Sur, garantizando que las futuras generaciones puedan disfrutar de estos ecosistemas únicos.