Los apagones eléctricos han dejado de ser una molestia temporal para convertirse en una carga económica para los comercios. En 2023, nueve de cada diez empresas afiliadas a COPARMEX reportaron afectaciones por interrupciones en el suministro de energía, con un gasto promedio de 102 mil pesos para mitigar daños y una caída de hasta un 20 por ciento en sus ventas, según datos del organismo empresarial.
Para protegerse de las fallas, los negocios deben invertir aproximadamente 100 mil pesos en una planta de respaldo, además de otros 50 mil pesos en reguladores de voltaje y sistemas UPS (Uninterruptible Power Supply), que permiten mantener la energía durante algunos minutos tras un corte. Estos equipos ayudan a estabilizar el voltaje y proteger los aparatos electrónicos de subidas o bajones bruscos, así como dar tiempo para guardar datos o apagar adecuadamente los sistemas en operación. Se trata de una inversión común entre los comerciantes, que aunque no debería ser necesaria, ya se ha asumido como parte del costo de operar bajo un sistema eléctrico deficiente.
Rubén Lizárraga Camacho, propietario de un restaurante bar, compartió su experiencia con esta situación. "Pues no se ocupa una plantita eléctrica convencional, chiquita como para electrodomésticos básicos? sí nos piden una más grande. Esa fue una inversión de 35 mil pesos. Siempre sí es un golpe fuerte de dinero", expresó.
El pasado 30 de junio, al menos 7 mil 898 usuarios en más de una docena de colonias de La Paz, entre ellas Indeco, Camino Real, Santa Fe y Guerrero, se quedaron sin luz por lapsos que fueron desde unos minutos hasta casi siete horas. La causa fue una falla en la subestación de Olas Altas, además de problemas técnicos registrados en dos líneas de transmisión.
Solo dos días después, el 2 de julio, con apenas unas lluvias, la fragilidad del sistema eléctrico en Baja California Sur volvió a quedar expuesta. Más de 20 colonias resultaron afectadas por fallas técnicas en la infraestructura eléctrica, lo que dejó nuevamente sin energía a miles de familias y comercios.
Aunque el gobernador del estado ha asegurado que existe suficiente capacidad de generación eléctrica para abastecer la demanda del verano, nada se ha dicho sobre la infraestructura que, una y otra vez, demuestra no estar preparada para soportar las condiciones climáticas propias de la temporada.
Agustín Olachea, presidente de Emprhotur La Paz, reconoció que se trata de un problema estructural difícil de resolver. "Sí, es un problema? pero es un problema añejo con una solución muy complicada, de mucho dinero, porque somos una isla energética en Baja California", declaró.
Comerciantes y empresarios coinciden en que mientras no se invierta en una infraestructura sólida, cualquier lluvia, saturación o falla técnica bastará para dejar a miles de usuarios sin energía. Y aunque los apagones son cada vez más frecuentes, el cobro del recibo de luz continúa llegando de manera puntual, aunque la electricidad no.