En un contexto marcado por la violencia , fue designado Antonio López Rodríguez como encargado de despacho de la Procuraduría General de Justicia del Estado, tras la renuncia de Daniel de la Rosa Anaya, quien dejó el cargo luego de más de siete años al frente de la dependencia.
López Rodríguez, doctor en Derecho Procesal Penal y con más de dos décadas de experiencia en el servicio público, fungía hasta ahora como subprocurador regional. Asume una institución cuestionada ante la persistente cirsis de personas desaparecidas, casos de violencia contra la mujer y delitos de alto impacto.
Según cifras oficiales de la Comisión Estatal de Búsqueda, desde 2019 se han registrado 2 mil 096 desapariciones en Baja California Sur. De esas, mil 293 personas han sido localizadas, mientras que 803 siguen desaparecidas, de las cuales 122 son mujeres y 681 hombres.
Colectivos como Búsqueda por San José del Cabo reclaman compromisos incumplidos y demandan resultados. Proponen que quienes asuman cargos clave en justicia firmen una carta de renuncia anticipada si no cumplen con las expectativas.
"El reto no es solamente para él, es para toda la sociedad", declaró Rosalva Ibarra Rojas, fundadora del colectivo, al referirse al nuevo procurador. "Estamos en una incertidumbre total; la violencia se ha desatado y tememos que empeore."
Tan solo en mayo de 2024, los colectivos localizaron 31 fosas clandestinas en Los Cabos. En lo que va de 2025, suman 27 más, cinco de ellas descubiertas recientemente, el 20 de abril, en San Juan de la Costa, a solo 54 kilómetros de La Paz.
La indignación ciudadana no se limita a las desapariciones. Víctimas de agresiones sexuales denuncian también impunidad, revictimización y falta de avances en sus casos, con carpetas que llevan años estancadas en los archivos ministeriales.
"Necesitamos más profesionalización, más empatía, y que los protocolos se apliquen. Si no, la procuración de justicia es falsa", denunció una víctima, en testimonio anónimo.
Así, el proximo procurador deberá enfrentar no solo los números que reflejan la violencia, sino también la desesperanza y el hartazgo social ante un sistema que, para muchos, ha fallado en su tarea de hacer justicia.
