A poco más de un mes de haber iniciado operaciones, el Centro de Monitoreo Vial (CEMOVIAL) continúa generando opiniones divididas entre automovilistas de la capital del estado.
Este sistema fue inaugurado a principios de mayo con una inversión de 20 millones de pesos, y actualmente cuenta con más de 100 cámaras distribuidas en 28 cruceros principales de la ciudad, cuyo objetivo es monitorear el tráfico en tiempo real, las 24 horas, los siete días de la semana.
De acuerdo con datos del Ayuntamiento de La Paz, 86 cámaras detectan el número de vehículos formados por carril, otras 10 registran el volumen vehicular en puntos críticos, y 4 más ofrecen visión panorámica y rotativa.
El más reciente semáforo fue instalado el pasado 9 de junio en bulevar Agustín Olachea, frente a centros comerciales como Walmart y Liverpool, un punto de alta circulación que anteriormente funcionaba con cuatro altos.
Aunque autoridades aseguran que este nuevo sistema mejorará la movilidad urbana, varios automovilistas señalaron que el semáforo tiene tiempos muy cortos, lo que dificulta la incorporación fluida al bulevar. "Fluye un poco más rápido, están más sincronizados? ya se sabe quién pasa primero", comentó un conductor. "Nomás pasan tres carros, dura muy poquito. Estoy viendo que dura más el paso para la gente del Centenario que para los que salimos de la tienda", señaló otro usuario.
Pese a las críticas, la alcaldesa Milena Quiroga destacó que el CEMOVIAL es un paso importante hacia una ciudad más organizada y segura en materia vial, e hizo un llamado a la ciudadanía para adaptarse al nuevo sistema, que aún se encuentra en etapa de ajustes.
El CEMOVIAL representa una apuesta por mejorar la movilidad en La Paz, en una ciudad que ha crecido significativamente en población y vehículos. Sin embargo, el reto será lograr que la tecnología esté acompañada de un monitoreo constante y ajustes precisos, que respondan a las necesidades reales de los conductores. La colaboración ciudadana y la capacidad de respuesta de las autoridades marcarán la diferencia entre un sistema funcional o uno fallido.