Las lluvias registradas en los últimos días dejaron al descubierto uno de los problemas más recurrentes en la ciudad de La Paz: la falta de planeación urbana. De acuerdo con la Subsecretaría de Protección Civil, cerca de 70 mil personas habitan en zonas de riesgo en Baja California Sur, y en la capital, colonias como Invi Mezquitito, Rinconada Las Californias, San Rafael, Álamos y La Fuente sufren cada temporada los estragos de una peligrosa combinación: el mal tiempo y la mala planeación.
Los vecinos de estas zonas reportan que sus viviendas se inundan con cada lluvia. "La parte de acá al fondo está mucho más alta que el fraccionamiento San Rafael, por lo tanto nos afecta. El agua se nos mete hasta las casas, tenemos que andar los vecinos escarbando", relató Ezequiel, habitante del fraccionamiento San Rafael.
Además de los encharcamientos prolongados, las lluvias generan vialidades intransitables, tráfico y el colapso en la red de drenaje, lo que impacta directamente en la movilidad y en la calidad de vida de la población.
La Ley de Desarrollo Urbano para el Estado de Baja California Sur establece sanciones claras. En su artículo 83, capítulo V de Ejecución de Obras, se estipula que las construcciones hechas sin licencia, sin autorización o en contravención a lo dispuesto, podrán ser demolidas total o parcialmente.
Sin embargo, la falta de aplicación de este marco legal ha permitido que continúe el crecimiento urbano en zonas no aptas, provocando impactos graves como inundaciones, deslaves, daños a infraestructura y pérdida de cauces y ecosistemas, al rellenarse arroyos o modificar vertientes naturales.
El arquitecto Eugenio Santa Cruz, miembro del Consejo Consultivo del Instituto Municipal de Planeación (IMPLAN), explicó que este problema se repite año con año debido a la falta de control en el crecimiento de la ciudad. "Es un problema que va a ser muy difícil solucionarlo. Tenemos que poner atención en lugares peligrosos, en vertientes, en arroyos, en barrancas", advirtió.
Las recientes lluvias confirman la urgencia de una planeación urbana responsable y preventiva en La Paz, que respete los cauces naturales, identifique las zonas de riesgo y priorice la seguridad de la población. De lo contrario, la ciudad seguirá repitiendo cada año un mismo escenario: inundaciones, daños y una mayor vulnerabilidad para miles de familias.