Aunque representan más de la mitad de la población ocupada en Baja California Sur, las mujeres siguen rezagadas en los puestos de dirección y toma de decisiones.
A pesar de que cada vez más se preparan profesionalmente y demuestran su capacidad en todos los niveles, el camino hacia los espacios de poder sigue siendo complejo y lleno de obstáculos. A esta realidad se le conoce como techo de cristal, una barrera invisible que impide su avance, aunque cuenten con las credenciales necesarias.
"El techo de cristal es una metáfora que se utiliza para describir las dificultades que tienen las mujeres para acceder a puestos de dirección o de toma de decisiones, a pesar de que cuentan con las herramientas, las habilidades y están calificadas para asumir esos cargos," explicó Valessia Estrada Taylor, coordinadora de Igualdad de Género del Colegio de Abogados.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) 2025, en Baja California Sur solo el 57.4 por ciento de las mujeres en edad laboral participa en la economía estatal.
Esto representa a 193 mil 729 mujeres de un total de 337 mil 748. En contraste, el 79 por ciento de los hombres, es decir 270 mil 621, forma parte de la población económicamente activa, lo que evidencia una brecha de más de 20 puntos porcentuales.
El 75.7 por ciento de las mujeres ocupadas trabaja bajo condiciones de subordinación, lo que significa que no ocupan cargos de toma de decisiones. Además, su presencia en los grandes centros laborales ha disminuido: mientras que el número de mujeres empleadas en grandes empresas se redujo en 4 mil personas, su participación aumentó en pequeños negocios y micronegocios, sectores marcados por ingresos bajos y escasas oportunidades de crecimiento.
Por otra parte, el 91.3 por ciento de las mujeres que no están activamente buscando empleo declararon no estar disponibles para trabajar debido a obligaciones relacionadas con el hogar o el cuidado de familiares. Esta carga doméstica, no remunerada y generalmente invisibilizada, impide que muchas mujeres accedan al mercado laboral o permanezcan en él en condiciones dignas.
Y cuando alguna logra romper las estadísticas y acceder a un cargo directivo, se encuentra con estructuras laborales rígidas que no se adaptan a sus necesidades. Lejos de ser entornos que promuevan la equidad, muchas veces exigen a las mujeres encajar en esquemas que no consideran sus realidades familiares y sociales. La falta de flexibilidad y de políticas internas sensibles al género no solo dificulta su permanencia en esos puestos, sino que también frena su desarrollo profesional.
"Cuando miras esos espacios, es muy importante considerar la flexibilidad en el horario,la flexibilidad despresuriza a la mujer para poder asumir sus responsabilidades en el trabajo, pero también en casa. Hay mujeres que tienen la responsabilidad total y directa de una familia y necesitan esa flexibilidad para desarrollarse a su ritmo, con creatividad y disponibilidad."
En Baja California Sur, el talento y la preparación de miles de mujeres están listos para emerger. Lo único que falta es que el cristal deje de ser un límite invisible y se transforme en un reflejo real de oportunidades para todas.