En el Hospital Militar Regional de La Paz, un grupo de valientes mujeres enfermeras enfrenta el reto de combinar la vocación de servicio en la salud con el compromiso de servir a su país y cuidar de sus familias.
De las 234 personas que conforman el equipo, 17 son enfermeras, y entre ellas, tres atraviesan la experiencia de la maternidad, logrando equilibrar su carrera y su rol como madres en la institución.
Una de ellas es la teniente Isis Vianey Rodríguez, originaria de Sonora. A los 18 años, Isis decidió ingresar al Ejército Mexicano, motivada por su deseo de superación académica. Gracias al apoyo de su familia, logró ingresar a la Escuela Militar de Enfermería en su primer intento. Hoy, con orgullo, Vianey forma parte del Ejército y es testimonio de la participación de las mujeres en esta institución.
Sin embargo, la teniente Rodríguez reconoce que ser una madre militar tiene sus propios retos. Uno de los mayores desafíos es el hecho de que, por las comisiones o servicios asignados, las mujeres militares deben alejarse de sus familias, lo que conlleva un sacrificio emocional.
"Es un reto al cual nos enfrentamos las madres militares, ya que por circunstancias del servicio, tenemos que dejar a nuestras familias", comenta Vianey.
A pesar de los desafíos, Isis destaca que existen leyes y directivas dentro del Ejército, la Fuerza Aérea y la Guardia Nacional que protegen los derechos de las mujeres embarazadas. Estas normativas aseguran que las mujeres militares tengan acceso a los servicios y cuidados necesarios durante el embarazo, el parto y el puerperio. Según Vianey, gracias a estas leyes, las mujeres embarazadas en el Ejército pueden contar con un acceso oportuno y seguro a los servicios médicos necesarios.
Por otro lado, la teniente Rodríguez también señala que, a diferencia de muchas mujeres en el país que no participan en la fuerza laboral formal, ella tiene certeza laboral, lo que le otorga estabilidad económica. Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en el tercer trimestre de 2024, el 43.9% de la población femenina en México estaba en condición de no económicamente activa, lo que refleja la brecha de participación femenina en el mercado laboral. Sin embargo, Isis destaca que el Ejército le ofrece certeza laboral y una carrera estable.
Además, la teniente Vianey resaltó que el Ejército Mexicano ofrece diversas oportunidades para las mujeres que desean ascender en la institución. Las mujeres tienen la posibilidad de acceder a altos rangos, y los sueldos se determinan con base en los rangos, no en el género. Esta política asegura una equidad salarial en la institución.