Factoría Arte Aéreo impulsa salud física a través de danza aérea

Lo que comenzó como una actividad personal durante la pandemia se ha convertido en un espacio para compartir, retarse y sanar. Karina Cosío, instructora de danza aérea, imparte clases en la Factoría Arte Aéreo, donde actualmente entrenan 15 personas que buscan algo más que ejercicio: equilibrio físico y bienestar emocional. "Empecé a practicar en la pandemia, tenía mucho tiempo y lo usaba para entrenar. Después otras chicas se interesaron, comenzamos a juntarnos y así surgió el grupo", relata Karina.

En cada clase se fortalecen brazos, abdomen y piernas, además de mejorar la flexibilidad, resistencia y coordinación. Esta disciplina también contribuye a quemar calorías, tonificar músculos y corregir la postura, al tiempo que incrementa la agilidad y la fuerza del core.

Pero los beneficios no son solo físicos. La danza aérea reduce el estrés, mejora la concentración y la autoestima, ya que cada movimiento exige atención plena y confianza en el propio cuerpo. "Es divertido, te saca de la vida cotidiana, te concentras en lo que haces. Cada sesión es un reto y cada logro una meta cumplida", afirma la instructora. Karina recalca que no se necesita fuerza ni flexibilidad al iniciar, porque cada persona avanza a su ritmo en un ambiente libre de presión. "Es un proceso personal, aquí celebramos cada avance", añade.

Además de ejercitar el cuerpo, la práctica ofrece un espacio de desconexión y liberación emocional, permitiendo a los alumnos canalizar energía, ganar seguridad y fortalecer vínculos sociales. "Te conecta contigo mismo y te enseña a confiar en tus capacidades", concluye Karina.