La extracción de una red fantasma de 100 metros de longitud en la zona conocida como La Tintorera, dentro del archipiélago de Isla Espíritu Santo, volvió a poner sobre la mesa un problema que afecta gravemente a la biodiversidad marina, la ausencia de protocolos y leyes que regulen el manejo de estas redes en México.
El arte de pesca, sumergido a una profundidad de entre 14 y 18 metros durante varios años, fue retirado tras tres días de labores en las que participaron 17 buzos con apoyo de la Secretaría de Marina. Sin embargo, especialistas advierten que más allá de la acción puntual, la amenaza persiste porque no existe un marco legal que permita atender de manera sistemática este tipo de emergencias ambientales.
De acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés ), las redes fantasma ,aquellas que han sido abandonadas o perdidas en el mar, continúan atrapando animales como ballenas, lobos marinos y tortugas durante décadas. A nivel mundial, el 45% de los mamíferos marinos, el 21% de las aves marinas y todas las especies de tortugas han resultado afectados por este tipo de desechos, que representan cerca del 10% de la basura marina.
En Baja California Sur, la magnitud del problema sigue siendo incierta.
"No hay un protocolo que regule eso y no hay un número porque son redes perdidas. Lo que queremos es que en el polígono de no pesca no se tengan redes inactivas cercanas a sitios de reproducción", advirtió Adriana Nava, líder en programas de regeneración de sistemas.
Las consecuencias son evidentes. Entre 2015 y 2024, la organización Rescate de Lobos Marinos ha logrado liberar a 61 ejemplares atrapados. Tan solo el año pasado, cinco ballenas y tres lobos marinos fueron rescatados, aunque un ejemplar no logró sobrevivir.
El principal obstáculo, según especialistas, es la falta de voluntad institucional. "No existe una ley, no existe un reglamento, no existe una vía para que la Dirección de Vida Silvestre otorgue permisos de desenmalle o de acciones de conservación. Por lo tanto, siempre depende de quién esté detrás del escritorio", señaló Eréndira Valle, directora de la asociación Rescate de Lobos Marinos.
Mientras no exista una regulación clara, los esfuerzos seguirán dependiendo de la iniciativa de científicos, buzos y organizaciones civiles que operan con recursos limitados. La omisión legal, advierten, mantiene en riesgo constante a la biodiversidad marina de Baja California Sur.