La organización civil Depesca en la entidad, están promoviendo la creación de la Reserva de la Biosfera "Dos Mares", una iniciativa que busca proteger los recursos marinos del estado, frenar la pesca industrial foránea y prohibir definitivamente la minería submarina en el Golfo de Ulloa.
La propuesta contempla resguardar 19.2 millones de hectáreas de territorio marino, de las cuales 8.8 millones actualmente no tienen permisos de extracción, y abarca zonas marítimas hasta 50 millas mar adentro. Esta área incluiría las aguas de los cinco municipios del estado y beneficiaría a 78 comunidades pesqueras que dependen de la pesca ribereña y artesanal.
Wendy Higuera, integrante de la asociación civil Depesca, explicó que la iniciativa nace como respuesta a la constante amenaza de barcos industriales foráneos, como los camaroneros, atuneros o tiburoneros, cuya presencia ha causado una degradación severa de los ecosistemas marinos y ha afectado directamente a los pescadores locales. "El principal objetivo de Depesca es que no vengan barcos foráneos de otros estados a seguir perdiendo nuestras culturas. Nos está afectando directamente en la pesca. Otro de los objetivos es que no se dé la minería submarina en el Golfo de Ulloa", declaró Higuera.
A pesar de que algunos proyectos mineros han sido cancelados, la activista señaló que las empresas interesadas en explotar el fondo marino han impugnado los procesos legales y siguen intentando operar en la región; La propuesta contempla una serie de restricciones enfocadas en la conservación de los recursos y la justicia social: Solo se permitirían actividades pesqueras con embarcaciones menores desde la costa hasta la milla 35. Se priorizaría el acceso a los recursos por parte de las comunidades locales. Se respetarían los usos y costumbres de pescadores ribereños y deportivos. Se prohibiría totalmente la minería submarina, una actividad altamente destructiva para los ecosistemas marinos.
La iniciativa "Dos Mares" se perfila como una estrategia integral de conservación, que busca equilibrar la protección ambiental con los derechos de las comunidades costeras. Organizaciones como Depesca advierten que de no actuar con prontitud, las especies marinas, la economía local y el tejido cultural de la pesca podrían perderse irremediablemente.
Esta propuesta aún deberá ser evaluada por las autoridades federales ambientales y, de aprobarse, representaría una de las áreas marinas protegidas más grandes del país.