La comunidad de Lequeitio, municipio de Francisco I. Madero, ha logrado lo que hasta hace algunos años parecía inalcanzable: reducir drásticamente los niveles de arsénico en el agua que consume su población. Este avance se debe a la puesta en marcha de la purificadora Casa del Agua "Toño Simón", un proyecto impulsado por la propia comunidad y sostenido por su organización social.
Durante décadas, los habitantes de Lequeitio convivieron con enfermedades gastrointestinales, distintos tipos de cáncer y otros padecimientos vinculados al consumo de agua contaminada con arsénico. La experiencia quedó marcada en la memoria colectiva.
"Yo participo mucho en el Centro de salud y ahí nos damos cuenta de la salud de las personas, y nos damos cuenta que esa enfermedad que había antes hoy se ha terminado (...) Les salían muchas manchas en el cuerpo y los dientes tenían problemas, era lo que ellos detectaban, tenían los dientes bien amarillos y problemas en las encías por consumir esa calidad de agua, no tenía calidad de agua", recuerda Rogelio González Mendoza, juez de Lequeitio.
La problemática del arsénico no era exclusiva de este ejido. Finisterre, Covadonga, El Cántabro y Lequeitio fueron objeto de estudio por parte de investigadores médicos y expertos internacionales que analizaban el impacto del consumo de metales y metaloides en el agua.
"Aquí alrededor hay muchos establos que consumen el agua y el agua se comenzó a extraer muy abajo y es cuando salió el cáncer", añadió González Mendoza.
Ante la ausencia de respuestas institucionales, la comunidad liderada por el entonces comisariado Félix Ramírez, ahora presidente municipal, decidió organizarse con asociaciones defensoras del derecho al agua como "Encuentro Ciudadano Lagunero" y "Agua para todos, agua para la vida". Así se gestó el proyecto de la planta potabilizadora.
"Estamos organizados con Agua para todos, agua para la vida y ellos fueron los fundadores del proyecto de que estamos grabando porque tiene que ver con el agua y ellos propusieron al ver el problema del arsénico que se creara una potabilizadora", explicó Pilar López Díaz Rivera, representante de Encuentro Ciudadano Lagunero.
La inversión, que superó los 150 mil pesos, fue gestionada a través de Pedro Moctezuma Barragán, de "Agua para todos, agua para la vida". Pilar López se encargó de coordinar la revisión de proveedores, materiales y suministros. Gracias a estos esfuerzos, el agua que alguna vez contenía entre 0.036 miligramos de arsénico por litro ?cuando la Norma Oficial Mexicana 127 establece como límite 0.025 mg/l? hoy registra apenas 0.0001 mg/l, según el estudio más reciente realizado en marzo.
Lequeitio es hoy un ejemplo de cómo la organización comunitaria puede transformar realidades y defender el derecho a una vida digna, a través del acceso a agua limpia y segura.