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El laberinto del primer empleo: Retos de los recién egresados
Educación

El laberinto del primer empleo: Retos de los recién egresados

Por: Fernanda Rivera
CDMX
Fecha: 31-07-2025

Terminar una carrera universitaria debería ser motivo de celebración.


Es el resultado de años de esfuerzo, desvelos y dedicación. Para miles de jóvenes en México, recibir su título profesional marca el fin de una etapa importante y el comienzo de una nueva: la entrada al mundo laboral.


Sin embargo, lo que debería ser una transición fluida hacia el empleo y la independencia económica se convierte, para muchos, en una experiencia frustrante, llena de incertidumbre y obstáculos difíciles de superar.


El entusiasmo con el que muchos egresados salen de la universidad suele enfrentarse con una realidad dura: un mercado laboral saturado, empresas que exigen experiencia previa incluso para vacantes de nivel inicial, y salarios que, en muchos casos, no alcanzan para cubrir los gastos básicos.




Esta situación genera ansiedad, dudas y una sensación de estancamiento que puede afectar tanto en lo profesional como en lo emocional.


Aunque cada caso es diferente, existe una constante que se repite en todo el país: conseguir el primer empleo formal, y sobre todo uno que esté relacionado con la carrera estudiada, es más difícil de lo que se imaginaba.


Las expectativas se enfrentan a un sistema que no siempre está preparado para recibir a quienes acaban de egresar. Poco a poco, se instala la idea de que el título universitario, por sí solo, no es garantía de éxito.


El peso de la falta de experiencia




En México, se estima que en los últimos 10 años han egresado más de 7 millones de personas de instituciones de educación superior. Sin embargo, solo un porcentaje de ellas logra ejercer su carrera profesional.


Según la investigación "Dificultad de empleo a jóvenes egresados sin experiencia" del Instituto Politécnico Nacional, uno de los mayores problemas señalados por este estudio es la falta de experiencia laboral.


Las empresas suelen buscar perfiles que ya hayan trabajado previamente en su área, lo que les permite reducir costos de capacitación. Pero esto deja fuera a quienes recién terminan sus estudios, quienes difícilmente pueden competir con candidatos que ya han ocupado cargos similares.




Esta situación genera un círculo vicioso: no se contrata a los egresados por falta de experiencia, pero no pueden obtener esa experiencia porque nadie les da la oportunidad.


La experiencia laboral también es clave para desarrollar habilidades como resolver problemas bajo presión, tomar decisiones o comunicarse de manera efectiva, competencias que muchas veces no se enseñan en las aulas.


Adriana Cervantes, recién egresada de la licenciatura en comunicaciones, compartió su vivencia: "Lo que se me ha dificultado más es que piden experiencia en cualquier trabajo y es difícil obtenerla si en ningún lugar te dan empleo por lo mismo. Siendo de ciudad se podría pensar que existen más ofertas, pero es lo contrario: hay muy pocas, la paga no es buena y por jornadas demasiado largas. Además, muchas oficinas están muy lejos y eso implica más gasto en transporte".


Entre la sobreoferta de talento y la escasez de oportunidades




Otro problema identificado por el estudio es el alto número de egresados compitiendo por un número limitado de vacantes.


Esta sobreoferta ha provocado que muchas veces se minimicen los sueldos ofrecidos, y que incluso se contrate a profesionistas para puestos que no requieren estudios universitarios. Esto lleva al subempleo, en el que una persona trabaja, pero en un área distinta a la que se formó, con ingresos bajos y sin prestaciones.


Según el IPN, solo 40 de cada 100 profesionistas mexicanos tienen un empleo relacionado con su formación académica.




Además, la tasa de desempleo para jóvenes de entre 15 y 24 años es más del doble que la de los mayores de 25. Dos de cada cinco universitarios están desempleados, y un 41% de los menores de 30 años no tiene trabajo o ha entrado al sector informal.


Esta situación se agrava en ciertas carreras, como la administración, que se ha vuelto una de las más saturadas. La alta demanda por parte de los egresados y la limitada oferta laboral provocan que muchos no logren colocarse en su campo de estudio, y tengan que buscar otras alternativas, como el autoempleo o los trabajos temporales.


Para Adriana, la distancia entre su formación y el mundo real fue evidente: "Creo que sí tengo los conocimientos necesarios, pero fueron pocos los profesores que en verdad se preocupaban por nosotros y nos daban consejos para la vida laboral real. Realmente nadie te dice qué sigue después de graduarse. Nadie te explica cómo hacer un currículum, cómo ir a una entrevista o dónde buscar empleo".


El síndrome del recién graduado




Todo este escenario no solo afecta a nivel económico, también tiene consecuencias emocionales.


El Tecnológico de Monterrey, en su artículo "Síndrome del recién graduado, ¿qué es y cómo sobrevivirlo?", describe este fenómeno como un conjunto de emociones que incluyen tristeza, ansiedad y soledad.


Estas emociones surgen cuando la realidad laboral no cumple con las expectativas del egresado, generando una sensación profunda de estancamiento.


Las causas del síndrome incluyen la presión social y familiar, la falta de oportunidades laborales, la percepción de estar sobrecalificado y el cambio abrupto en la rutina diaria.


De hecho, 9 de cada 10 jóvenes experimentan problemas de ansiedad, estrés o depresión que no reciben atención adecuada. En México, el 33.4% de los recién egresados no tenía empleo en 2022, y el 24% trabajaba por su cuenta.


A pesar de que no se trata de un trastorno mental como tal, sus efectos pueden ser graves si no se atienden. Por eso, los expertos recomiendan estrategias para enfrentar esta etapa, como evitar comparaciones con otras personas, establecer metas realistas y buscar redes de apoyo.


La experiencia laboral comienza desde la escuela




Diversas investigaciones y sondeos, como el realizado por OCC en 2024, proponen acciones tanto para egresados como para las instituciones educativas.


El 56% de los encuestados identificó la falta de experiencia como el principal reto para conseguir empleo, seguido por la escasez de oportunidades (28%), la carencia de habilidades básicas (11%) y la falta de redes profesionales (5%).


Para mejorar el panorama, se recomienda que las universidades fomenten un enfoque más práctico. Esto incluye prácticas profesionales reales, convenios con empresas, talleres de empleabilidad y formación en habilidades digitales. El 46% de los participantes en el sondeo consideró que las universidades deben ofrecer prácticas internas y externas como parte de la formación obligatoria.




Adriana, por su parte, señala que este tipo de apoyo marcó la diferencia para generaciones anteriores: "Tengo un familiar que cursó la misma carrera que yo. En su tiempo había ferias del trabajo dentro de la universidad, ahí podías hacer contactos o quedarte en la empresa donde hiciste prácticas. Eso ya no se hace. Debería retomarse. También sería útil un curso sobre cómo empezar la vida laboral".


Según el IPN, una vía clave para encontrar empleo fueron los portales en línea: el 40% de los egresados aseguró haber conseguido una vacante a través de estas plataformas. En segundo lugar, el 30% lo logró gracias a la recomendación de algún conocido, mientras que el 14% recurrió a los anuncios en periódicos y el 10% encontró trabajo mediante empresas de outsourcing, es decir, compañías externas que se encargan de reclutar y contratar personal para otras organizaciones.




Enfrentar la transición de la universidad al mundo laboral no es sencillo.


Implica aprender a adaptarse, tomar decisiones difíciles y en muchos casos, redefinir lo que se entiende por éxito profesional. Aunque el primer empleo no sea el soñado, puede ser un paso necesario para adquirir experiencia, desarrollar habilidades y construir una red de contactos.


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