Algunas de las problemáticas que llegan a cambiar la vida de los adolescentes entre los 13 y 25 años de edad es el acné, el cual es una afección cutánea común que ocurre cuando los folículos pilosos se obstruyen con grasa y células muertas de la piel, lo que provoca la aparición de diferentes tipos de lesiones.
Este problema se debe a las principales causas de las consultas dermatológicas debido a que afectan al 70% y 80% de personas de ambos sexos, predominando en mujeres, pero siendo más severo en hombres, cabe señalar que estas lesiones pueden aparecer como espinillas blancas, espinillas negras, pápulas o granitos rojos, pústulas o granitos con pus y nódulos o quistes mismos que se posicionan en el rostro, espalda, pecho y hombros, ya que estas zonas tienen más glándulas sebáceas.
Durante esta etapa adolescente, en la que se presenta el acné ya sea severo o persistente, los jóvenes están más expuestos a presentar ansiedad y depresión, experimentando un impacto emocional significativo debido a que afecta la autoestima y la imagen corporal, genera vergüenza y aislamiento social o rechazo.
Cabe señalar que el acné puede tener un efecto similar al de enfermedades crónicas en la calidad de vida, sobre todo cuando no se trata o se subestima su impacto psicológico, por ello es importante buscar tratamiento dermatológico y mejorar la piel y la confianza, así como el hablar con un profesional de salud mental si hay signos de ansiedad o depresión y contar con apoyo emocional para hablar con familiares o amigos y reducir el estigma.
Algunas de las causas más comunes por las que se presenta el acné son los cambios hormonales en la adolescencia, menstruación o embarazo, una producción excesiva de sebo, bacterias, el uso de ciertos productos cosméticos o medicamentos y el estrés, por lo anterior, el tratamiento incluye productos tópicos como peróxido de benzoilo o retinoides, antibióticos, tratamientos orales y buenos hábitos de higiene facial.