La presencia de baches en calles y avenidas de casi todo México no solo es un síntoma del desgaste natural o de las lluvias.
Las autoridades suelen justificarse, especialistas y denuncias ciudadanas apuntan a un fenómeno más complejo: mala planeación urbana, corrupción en contratos de obra pública, uso de materiales de baja calidad y ausencia de mantenimiento preventivo.
La dirección de obra pública del municipio de León tiene para ejercer durante este año 12 millones de pesos para el programa de bacheo.
Durante los primeros cinco meses del 2025 en enero se taparon 55 baches, febrero 50, marzo 59, abril 31 y mayo 65.
Tan solo en el mes de junio la dependencia municipal recibió 177 reportes ciudadanos para atender las obras de restauración de la cinta asfáltica urbana, por el tema de las lluvias en julio los reportes de baches aumentaron a 198, en agosto 153, septiembre 166.
Es decir, durante las lluvias el asfalto de las calles de León saca lo peor al recibir de 25 a 30 reportes de hoyos en el asfalto.
Cada bache representa un gasto económico directo para los ciudadanos, sustitución de llantas, rines, hasta reparaciones costosas de suspensiones de los automóviles estas pueden superar los 10 mil pesos.
El municipio eroga también presupuesto millonario en programas de bacheo y pavimentación, muchas veces sin resultados duraderos.
Las calles se reparan varias veces al año y los baches reaparecen en cuestión de semanas. La falta de transparencia sobre los contratos, la elección de proveedores y los costos del asfalto abona a las sospechas de corrupción.
A todo esto, se le suman las denuncias ciudadanas en contralorías municipales y redes sociales, que van desde reclamos por daños hasta exigencias de indemnización.
Los ciudadanos además se enfrentan al bache de la burocracia que suelen desalentar a los afectados.
Pero al final y mientras el círculo vicioso se repite los ciudadanos pagan con sus impuestos el bacheo y, al mismo tiempo, asumen el costo de reparar sus autos.