Cuerpos de seguridad en crisis

Por: Jorge Camarillo García
León
Fecha: 27-11-2025

Ser policía en México se ha convertido en una profesión de alto riesgo y baja recompensa.

En un contexto dominado por la violencia generada por los cárteles delincuenciales, además de la precariedad y la corrupción, los cuerpos de seguridad estatales y municipales enfrentan una crisis en su estructura que pone en entredicho la capacidad del Estado para garantizar la seguridad pública.

Los agentes operan con bajos salarios, equipo insuficiente y escasa capacitación, mientras enfrentan al crimen organizado con recursos muy por debajo de los estándares internacionales.

México debería contar con 300 policías por cada 100 mil habitantes, pero en la mayoría de los estados, incluido Guanajuato, el número apenas alcanza el 60% de ese estándar.

Sin embargo, México a finales del 2020 solo contaba con 0.96 policías estatales por cada 100 mil habitantes.

En Guanajuato se cuenta con una fuerza de seguridad pública estatal, municipal y federal de 19 mil 128 elementos.

Pero al considerar solo policías municipales, en todo el estado se cuenta con 6 mil 347 agentes; para cumplir el estándar de la Naciones Unidas de "3 policías por cada mil habitantes" es entonces que se requieren 17 mil 494 agentes, es decir hay un déficit de 11 mil 147 policías municipales.

A esto se suma un presupuesto estancado o incluso reducido durante los últimos cinco años. Las partidas destinadas a seguridad pública apenas cubren la operación diaria, dejando de lado la inversión en profesionalización, tecnología y bienestar laboral.

En los municipios de Guanajuato los uniformados de Pénjamo perciben un salario de 25 mil 598 pesos, Irapuato 24 mil 154, San Miguel de Allende 23 mil 999, Celaya 23 mil, mientras que en quinto lugar esta el municipio de León con 22 mil 476 pesos.

Mientras que los policías de la Ciudad de México o Nuevo León la cifra puede duplicarse.

La falta de equipamiento adecuado es otro factor alarmante: miles de policías carecen de chalecos antibalas, radios funcionales o patrullas operativas. Frente a la creciente sofisticación de las armas utilizadas por el crimen organizado, los cuerpos de seguridad trabajan con equipo obsoleto y sin infraestructura tecnológica moderna, como cámaras corporales o sistemas de comunicación encriptados.

La vulnerabilidad también se refleja en las cifras de violencia en lo que va del año en Guanajuato han asesinado a 36 uniformados.

En materia de formación, el panorama es igual de preocupante. La mayoría de los agentes recibe menos de 40 horas anuales de capacitación, muy por debajo del promedio internacional, que recomienda al menos 120.

La falta de certificación y controles de confianza sigue siendo un problema: aún hay elementos que operan sin haber pasado por evaluaciones psicológicas o de competencia.

Expertos en seguridad advierten que la crisis policial es también una crisis de Estado. Sin policías dignificados, capacitados y equipados, ninguna estrategia de seguridad podrá sostenerse a largo plazo.

El reto es monumental: reconstruir la confianza en las instituciones, fortalecer las condiciones laborales y, sobre todo, proteger a quienes todos los días arriesgan la vida por la seguridad de los demás.



Noticias Similares

Destacadas

Más de Meganoticias