Las movilizaciones sociales comienzan a encender las alarmas en el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. Grupos de ciudadanos y representantes del sector agropecuario han manifestado su hartazgo ante las políticas sociales y económicas implementadas durante los primeros 12 meses de su administración.
El descontento en el campo mexicano tiene su raíz en la dependencia económica que el país mantiene con los Estados Unidos a través del Tratado de Libre Comercio (T-MEC). Agricultores denuncian que las decisiones tomadas en Washington afectan directamente la rentabilidad de sus cosechas y la estabilidad del sector primario, mientras las autoridades mexicanas no han respondido con medidas que protejan la producción nacional.
Los precios de garantía no alcanzan, los insumos suben y el gobierno solo mira hacia los grandes exportadores.
Las movilizaciones han comenzado a replicarse en varios estados, mostrando un creciente malestar rural ante la falta de apoyo y la competencia desigual con productores extranjeros.
Desde abril de este año 2025 el Gobierno de México, entregó apoyos a un millón 840 mil 755 campesinos del país por medio de una inversión de 13 mil millones.
En mayo se entregaron apoyos a un total de 2 millones 030 mil productoras y productores beneficiados con una inversión total de casi 15 mil millones de pesos.
Recursos que hoy no dan certeza de continuar adelante a los campesinos del país.
La lucha de los productores del campo se remite al año 2 mil y hoy la situación es insostenible.
El descontento también se ha extendido al interior del propio gobierno federal. Trabajadores del Servicio de Administración Tributaria (SAT) se han manifestado en distintas sedes del país, denunciando malas condiciones laborales, acoso institucional y sueldos que no se actualizan conforme al índice inflacionario.
La suma de inconformidades revela una tensión social que trasciende sectores y que podría escalar si no se implementan ajustes estructurales en la política económica y laboral del gobierno. Mientras tanto, el malestar en el campo y en las oficinas públicas comienza a reflejar una misma consigna: "ya basta".
Las movilizaciones sociales comienzan a mostrar un hartazgo contra las políticas sociales y económicas del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, el proceder en la participación de México en el tratado de libre comercio ya no resulta benéfico para los trabajadores del agro.
La economía de la cadena productiva pende de las decisiones del gobierno de los Estados Unidos las consecuencias las padecen no solo el sector primario como el de la agricultura también la fuerza laboral del gobierno federal.