El combustible confiscado por autoridades la mayoría de las veces es destruido


Cada semana, autoridades federales y estatales aseguran en Guanajuato miles de litros de hidrocarburo robado, resultado del combate al huachicol que persiste en la región del corredor industrial. Sin embargo, una pregunta poco abordada es: ¿qué ocurre con ese combustible una vez que se confisca?

De acuerdo con información de la Fiscalía General de la República (FGR) y Petróleos Mexicanos (Pemex), el combustible asegurado en Guanajuato es trasladado a instalaciones federales bajo resguardo, donde técnicos especializados determinan si puede ser reutilizado o debe ser destruido.

Cuando el hidrocarburo está limpio y cumple con los estándares de calidad, se reincorpora al sistema de distribución de Pemex. Pero en la mayoría de los casos, el producto está contaminado con agua, tierra o solventes, ya que los grupos criminales lo almacenan en tambos, contenedores improvisados o pipas sin control sanitario. En esos casos, el combustible se clasifica como residuo peligroso y se destruye mediante quema controlada o confinamiento especializado.

Según datos de la Fiscalía General del Estado (FGE), entre enero y septiembre de 2025 se aseguraron en Guanajuato más de 3.8 millones de litros de hidrocarburo ilegal, principalmente en los municipios de Villagrán, Celaya, Irapuato, Salamanca y León, zonas atravesadas por ductos de Pemex. De este total, alrededor del 85% fue destruido por encontrarse contaminado, según reportes oficiales.


La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) mantiene vigilancia permanente en los ductos Salamanca-León y Salamanca-Irapuato, considerados los más conflictivos del Bajío. Aunque el número de tomas clandestinas ha disminuido 18% respecto a 2024, el robo de combustible sigue siendo uno de los delitos más rentables para las células delictivas que operan en el estado.



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