2024 año de comicios, donde ya se vislumbra la madre de todas las batallas por el electorado, los partidos políticos hacen hasta lo imposible por comprar el voto que los perpetúe en el poder o para llegar al puesto y vivir de las delicias del poder, mientras los mas desprotegidos otra vez a padecer los excesos de la política mexicana.
En México de los 35 millones de familias 30 millones reciben son beneficiadas con el presupuesto público, mientras que otros 25 millones están en el padrón de los programas sociales del Bienestar.
La estrategia política por excelencia para atraer votantes es la promesa de crear más y mejores programas sociales que logren sacar de la vulnerabilidad económica a la gente.
Pero luego estos recursos que no son fiscalizados y mucho menos que no llegan a nivel constitucional son destinados a quienes no los necesitan como 600 tarjetas del programa MujerEsgrandeza en Guanajuato que llegaron a manos de funcionarias del gobierno estatal.
Por otro lado, partidos políticos se desgarran las vestiduras al decir erigirse como los paladines de la transparencia, otra estrategia para buscar el voto del hambre.
De manera anual, entre el segundo trimestre de 2022 y el segundo trimestre de 2023, la Línea de Pobreza Extrema por Ingresos promedio aumentó 8.8% y 9.3% en el ámbito rural y urbano, respectivamente. Ambos incrementos fueron mayores a la inflación anual promedio del segundo trimestre 2023 (5.7%).
Los programas sociales deben buscar mejorar la educación, superar las carencias sociales, la productividad, introducir a la gente a la ciencia y a la tecnología, mejorar la salud y el bienestar social en general, para avanzar y abatir los niveles de pobreza en el país.