Autoridades de la Ciudad de México actualizaron este viernes la cifra de fallecidos por la explosión de un camión de gas ocurrida el pasado 10 de septiembre en Iztapalapa, elevándola a 25.
Hasta el momento, 21 personas permanecen hospitalizadas y 38 ya han sido dadas de alta.
Entre los más recientes fallecimientos se encuentran Jaime Javier Becerra Urieta, de 49 años, quien estaba internado en el hospital Rubén Leñero; Jovani Martínez Llanos, de 17 años, en el hospital de traumatología Victoriano de la Fuente Narváez; y María Salud Juaurrita Molina, de 35 años, también en el Rubén Leñero.
La explosión se produjo cuando un camión cisterna con capacidad de 49 mil 500 litros volcó y explotó en la Calzada Ignacio Zaragoza, a la altura del Puente de la Concordia. El incidente dejó a decenas de personas lesionadas y generó conmoción en la capital mexicana.
Entre los heridos se encuentra Jazlyn Azulet, una niña de 2 años que sobrevivió gracias a que su abuela, Alicia Matías Teodoro, la protegió durante la explosión. Lamentablemente, la abuela falleció el sábado por quemaduras en más del 90% de su cuerpo.
La menor fue trasladada el lunes al Shriners Hospitals for Children en Galveston, Texas, a través de la fundación mexicana Michou y Mau. Según el último informe, Jazlyn sufrió quemaduras en el 25% de su superficie corporal, ya fue extubada y se encuentra en estado crítico-estable.
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México indicó que el accidente se debió a que el camión circulaba a exceso de velocidad, lo que provocó que el conductor perdiera el control al tomar una curva y se estrellara contra el muro de contención.
Esta semana también se confirmó la muerte del chofer del camión, a quien las autoridades responsabilizan del accidente por la velocidad excesiva. Sin embargo, videos de cámaras de vigilancia difundidos por medios locales muestran que el vehículo circulaba a velocidad moderada antes de la explosión, lo que ha generado cuestionamientos sobre la versión oficial.
El incidente ha puesto nuevamente sobre la mesa la importancia de la seguridad en el transporte de sustancias peligrosas en la Ciudad de México y la necesidad de reforzar los protocolos de prevención para evitar tragedias similares en el futuro.