La tortilla, alimento esencial en la dieta mexicana, enfrenta un nuevo periodo de incertidumbre en Guanajuato. El incremento en los precios de garantía del maíz, los bloqueos de agricultores, la escasez de insumos y la inseguridad en el sector tortillero amenazan con encarecer el costo del kilo.
El reciente anuncio de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural sobre el aumento en los precios de garantía del maízd, diseñado para apoyar a los productores nacionales? podría trasladarse en las próximas semanas al precio final de la tortilla. Industriales de la masa y la tortilla advierten que, si no se implementan apoyos complementarios, el incremento podría oscilar entre uno y tres pesos por kilo antes de que termine el año.
En febrero de 2025, la Secretaría de Economía del Estado de Guanajuato firmó un convenio de apoyo por 10 millones de pesos para cerca de 200 productores y tortillerías de León y municipios conurbados
Además, en el acta oficial del municipio de León se indica que 150 tortillerías fueron enlistadas para recibir un recurso que les permita "mantener el precio actual por kilo" en el ejercicio fiscal.
Este tipo de apoyos muestran un intento gubernamental por contener el alza, aunque los industriales denuncian que los apoyos son insuficientes.
Otra problemática que afronta la industria es la inseguridad y la extorsión. En la zona sur del estado se estima que unas 100 tortillerías "pagan cobro de piso hasta de 3 mil pesos semanales" a grupos criminales.
De las 4000 tortillerías en Guanajuato, se estima que más de 500 han cerrado o han sido traspasadas por esta razón.
Estos datos indican que el abandono o cierre de establecimientos ya está encendido y puede acelerar si la inseguridad o los costos se incrementan y a final de cuentas son los ciudadanos quienes tendrán que pagar estas circunstancias con su bolsillo.
La crisis del maíz tiene raíces más profundas. Los productores guanajuatenses denuncian que el abandono al campo y la falta de apoyos técnicos y financieros están provocando la reducción de la superficie cultivable. Esto ha obligado a muchas tortillerías a depender del maíz transgénico importado, más barato pero con implicaciones en la soberanía alimentaria, la cual se ve en peligro y pone a la tortilla y su industria en un riesgo.
