La propuesta de la alcaldesa Alejandra Gutiérrez Campos de construir un metro elevado en León ha despertado entusiasmo, dudas y un intenso debate entre ciudadanos y especialistas en movilidad.
Mientras algunos celebran la posibilidad de dar un salto hacia una ciudad moderna y conectada, otros cuestionan si esta es realmente la solución más urgente ante los problemas que enfrenta el transporte público actual.
El Sistema Integrado de Transporte (SIT), que durante años fue ejemplo nacional, hoy se percibe insuficiente. Los usuarios se quejan de largos tiempos de espera, escasez de unidades y camiones saturados, especialmente en horas pico. A esto se suma el deterioro de la infraestructura y la falta de rutas que conecten de manera eficiente las zonas periféricas con el centro.
Ante este panorama, la idea de un tren elevado suena atractiva para muchos leoneses. Sin embargo, también surgen preguntas inevitables: ¿cuánto costará realmente construirlo?, ¿de dónde saldrá el financiamiento?, y ¿qué impacto tendrá en la movilidad cotidiana mientras se realiza la obra?
De acuerdo con la propuesta municipal, el proyecto busca reducir la congestión vial y acelerar los traslados en una ciudad que cada año suma más vehículos particulares. Además, se contempla la introducción de autobuses eléctricos como parte del plan integral de modernización.
Pero la inversión no es menor: cada unidad eléctrica puede costar en promedio 15 millones de pesos, sin contar la infraestructura de carga y mantenimiento.
Para los ciudadanos que se tienen que trasladar al centro histórico por temas laborales el problema no es el tipo de transporte, sino el servicio.
La alcaldesa ha reiterado que el proyecto aún está en fase de estudio de factibilidad, y que el objetivo es "dar a León una movilidad de primer nivel". No obstante, expertos advierten que antes de apostar por grandes obras, el municipio debe reordenar rutas, mejorar frecuencias y garantizar seguridad en el transporte existente.
El debate está abierto: ¿modernizar lo que ya existe o apostar por una infraestructura monumental? León se encuentra en una encrucijada que definirá no solo su movilidad, sino también el rumbo de su desarrollo urbano en las próximas décadas.