Por economía, rapidez, practicidad, pero también por las libertades reglamentarias que las cobijan; lo cierto es que las bicicletas eléctricas se convierten poco a poco en una buena opción para los ciudadanos para realizar sus recorridos diarios.
Este transporte, al carecer de lineamientos de regularización, no se tiene un registro de la cantidad que circulan o se venden, ya que pueden ser adquiridas incluso hasta en agencias de bicicletas y departamentales.
Lo cierto es que urge regularlas porque comienzan a convertirse en un problema para peatones, automovilistas y motociclistas, ya que circulan por todo los carriles, incluso los destinados al transporte público.
Esta anarquía de movilidad se desprende de los vacíos legales que se presentan en la Ley General de Movilidad del Estado, ya que al no ser motores de combustión son considerados como bicicletas por lo que no son obligados al uso de cascos, reflejantes y todo lo necesario que representaría si fueran de motor a combustión.
Estos vehículos alcanzan velocidades de hasta 80 kilómetros por hora, lo que pone en riesgo a peatones, cuando circulan por la banqueta, bicicletas y motos cuando circulan por ciclovías y su propio riesgo cuando son conducidas por carriles exclusivos del transporte o arroyos vehiculares.
La regulación de bicicletas eléctricas en Guanajuato está en proceso de revisión, con el objetivo de mejorar la seguridad vial y establecer normas claras para su uso, incluyendo posibles clasificaciones, espacios de circulación, elementos de seguridad y la necesidad de licencias o registros.