Considerados como centros de castigo, e incluso en muchas ocasiones financiados por el crimen organizado para el resguardo de los huérfanos de víctimas e incluso como centros de reclutamiento, los orfanatos en México siempre han divido opiniones sobre métodos, burocracia en adopciones, tratos al interior hasta malos tratos.
Y es que de acuerdo a la Fundación Comunitaria Internacional México, 700 orfanatos 400 mil niños hay en el país solo 30 mil viven en un orfanato. Muchas de estas casas han estado en el ojo del huracán por muchos factores como la burocracia por autoridades en materia de adopción, incursión del crimen organizado, falta de recursos, entre muchos que muchos podrían decir que se han convertido en cárceles para quienes habitan estas casas con supuestos objetivos claros.
Existen múltiples testimonios de lo que es la vida dentro de una de estas casas de cuidados que constatan lo que pasa dentro de ellas. Y es que luego de perder a su madre, Aranza vivió el calvario de vivir en un orfanato y de estar inmerso en los procesos de adopción, que también pueden convertirse en un camino sinuoso ante la excesiva tramitología de las autoridades.
La vida dentro de los orfanatos puede compararse, en muchas ocasiones, como si fueran centros de detención, más que centros de cuidados.
Se pueden encontrar diversas historias de vida de cómo muchos llegaron a estos lugares, e incluso de cómo niñas y niños hasta se involucraron con el crimen organizado.
No obstante, a pesar de muchas historias de terror dentro de estos centros, también hay testimonios de éxito como el de Sherlyn quien logró rehabilitarse de las adicciones gracias a programas gubernamentales y al apoyo de la Casa del Niño Don Bosco.
Los orfanatos en Guanajuato deberían ser un factor fundamental en la protección y el desarrollo de los más vulnerables. Sin embargo, enfrentan desafíos significativos para brindar atención y cuidado adecuados a los menores, sin duda una deuda de los gobiernos ante este grupo de personas sin familia, o provenientes de familias disfuncionales.