Policías de Guanajuato envueltos en muertes de ciudadanos

Si bien, los policías municipales del estado de Guanajuato, han sido víctimas de ataques armados y atentados, también es cierto que se han visto envueltos en casos de abuso policial, robos, lesiones y en algunos casos la muerte de los ciudadanos detenidos.

Esta sería la realidad de dos casos recientes en el estado. En el municipio de Salamanca, policías detuvieron a Antonio Quintana Villegas de 32 años, declarado abiertamente homosexual, a decir de su hermana Luisa Villegas y de su madre Yolanda Villegas, él fue llevado a los separos en una delegación y desde ahí le informaron a sus familiares que había muerto por qué se suicidó tomando una de sus ropas para ahorcarse en los barrotes; no sufría depresión, no era violento, fue detenido cuando caminaba por la calle; el gobierno de Salamanca no ha permitido a la familia interponer una denuncia ante Asuntos Internos por su muerte y por que habría sido golpeado. La Fiscalía tampoco les ha entregado ni el acta de defunción, ni la ropa, creen que fue víctima de violencia pero además de homofobia.

En otro caso que involucra a policías con la muerte de personas, se encuentra el caso de Daniela Castro Pérez de 29 años de edad y su esposo Juan Pablo Vargas de 27 años, así como Carlos Esteban Rocha Anguiano de 25 años y, tuvieron un choque el 19 de febrero, así lo informó Daniela a sus familiares vía teléfonica, jamás supieron de ellos; al buscarlos la familia se percató que los celulares y el smartwatch de Daniela marcaban como último sitio de localización las instalaciones de la policía municipal de Romita, la policía sostiene que jamás los detuvieron.

Horas más tarde de reclamos de las familias de los tres jóvenes, fue la misma policía municipal quien informó el haber encontrado una fosa clandestina en el interior del Rancho El Refugio en la comunidad de El Escoplo, una fosa que podría contener 10 cuerpos, extraoficialmente la familia de Daniela cree que el cuerpo de su hija pudiese estar en ese sitio.

Esto le habla a las familias de la violencia con la que se movilizan las corporaciones de seguridad municipales, pero también de una presunta colusión de las policías con el crimen organizado.