Programas sociales, dádivas gubernamentales o compra de votos

Los programas sociales, fueron planeados para mitigar la pobreza y mejorar el bienestar, pero su repartición ha generado situaciones que no están en sintonía con la dignidad humana, ese valor intrínseco a todo ser humano. Este valor, exige que los programas sociales no se utilicen como herramientas de control o manipulación, sino como medios para empoderar a las personas y garantizarles una vida digna, aunque por la forma de repartición pareciera más una dádiva que un apoyo.

Y es que la dignidad humana se refiere al valor inherente de cada persona, independientemente de su condición social, capacidades o circunstancias. Es un concepto fundamental que subyace a los derechos humanos y debe ser respetado en todos los contextos, incluyendo los programas sociales.

En Guanajuato, a pesar del anuncio de la universalidad, el programa social que más ha estado en el ojo del huracán es la tarjeta rosa. Que si fue utilizada con fines electorales, que si no se cumplió la promesa de universalidad, lo cierto es que ahora 580 mil mujeres de todo el estado. Las beneficiarias recibirán un apoyo bimestral de 1 mil pesos, sumando un total de 6 mil pesos al año.

En febrero pasado más de tres mil mujeres se congregaron en el centro de León convocadas para recoger su Tarjeta Rosa, pero al final se fueron con las manos vacías. La historia se repitió en Celaya, Irapuato, Salamanca y San Miguel de Allende, en donde tampoco hubo entregas. Desinformación de las beneficiarias?... una mala logística y planeación?

A nivel federal no es diferente, con las pensiones del Bienestar, centenares de adultos mayores viven el calvario de formarse bajo los rayos del sol para poder cobrar esta pensión duramente criticada por su carácter asistencialista, pero también acarreadora de votos electorales.

Testimonios han comentado que las sucursales de los bancos del Bienestar no son suficientes para atender a la población, incluso en su mayoría son instituciones que sólo cuentan con dos cajas, y sólo una activa y para rematar, falla mucho el sistema, lo que hace que el cobrar la pensión se convierta en horas de espera, la mayoría de las veces al rayo del sol.

En muchas ocasiones la utilización de este tipo de acciones sociales, pueden confundirse con propaganda, compra de votos e incluso un medio para la corrupción con los favoritismos o fraudes de mismos funcionarios. Lo cierto es que la mayoría de las ocasiones la entrega de estos apoyos o dádivas rebasan por mucho la dignidad de las personas que por unos pesos son capaces de recorrer largas distancias o sufrir inclemencias climáticas, todo por promesas de una mejor vida a cambio de un voto.