Tianguis como forma de vida

En León, el tianguis no es solo un punto de venta: es una forma de vida que ha permitido a miles de familias construir patrimonio, educar a sus hijos y abrirse camino en una ciudad donde el empleo informal continúa siendo motor económico y social.

Entre puestos improvisados, lonas coloridas y madrugadas de preparación, los tianguistas han levantado historias de esfuerzo, constancia y una disciplina que les permite trabajar aún bajo las inclemencias del clima.

Para muchas familias, el comercio en la calle ha sido una plataforma de movilidad social. Los testimonios más comunes entre los tianguistas son los de hijos que lograron concluir carreras profesionales.

En la ciudad de León 30 mil familias que viven del comercio en los tianguis que se instalan en 230 mercados callejeros, donde se ofertan alimentos, frutas, verduras, abarrotes y ropa.

Las ventas que inician a primera hora de la mañana han financiado estudios universitarios, emprendimientos y la construcción de hogares, demostrando que, pese a la informalidad, el tianguis puede ser un punto de partida hacia la profesionalización y el éxito.

Detrás de cada puesto existe el esfuerzo del trabajo que incluye proveedores, transportistas, comerciantes y, en muchos casos, estudiantes que ayudan a sus padres mientras continúan con sus estudios. De esta dinámica han surgido profesionistas.

Mientras el debate sobre la formalidad, los permisos y la regulación continúa, lo cierto es que los tianguis son espacio donde se el futuro.

Las historias de vida que surgen entre los pasillos estrechos y los puestos desmontables son la muestra de que para miles de leoneses este modelo comercial no solo es un trabajo: es un proyecto de vida que han construido generaciones enteras de ciudadanos ejemplares.