De Los Ángeles a Tokio: el lado global del Día de Muertos
Servicios Públicos

De Los Ángeles a Tokio: el lado global del Día de Muertos


Los mexicanos estamos en todas partes. En 2020, más de 11 millones de compatriotas vivían fuera del país, lo que nos colocó como la segunda nación con más migrantes en el mundo



Pero al cruzar fronteras no solo llevan su trabajo o sus sueños: también viajan con ellos sus costumbres, sabores y tradiciones, que se transmiten de generación en generación, incluso entre quienes nunca han pisado México.


Gracias a esa conexión emocional -y al impulso de las expresiones artísticas que la difunden-, el Día de Muertos ha trascendido fronteras.



Hoy es una celebración adoptada y reinterpretada en distintos países, donde cada cultura le imprime su propio toque para honrar la vida a través de la muerte



La expansión de una tradición

Actualmente, esta festividad mexicana se celebra en al menos 20 países fuera de México, impulsada tanto por las comunidades migrantes como por festivales culturales internacionales que han encontrado en ella una manera distinta de rendir homenaje a los difuntos.


Su presencia no se limita a los espacios donde hay población mexicana; también ha despertado interés por su valor simbólico y visual, y por la forma en que transforma el duelo en una celebración de la memoria.


Estados Unidos: raíces que florecen lejos de casa

En Estados Unidos -donde vive el 97% de los migrantes mexicanos, según datos de DataMacro-, el Día de Muertos tiene una presencia especial en las ciudades con mayor población mexicana.


Uno de los ejemplos más emblemáticos es el cementerio Hollywood Forever, en Los Ángeles. Cada año, el último sábado antes del 2 de noviembre, miles de personas se reúnen allí para celebrar la vida y la memoria. El evento combina tradición y espectáculo: más de cien altares decorados, desfiles, disfraces, ofrendas y conciertos distribuidos en cinco escenarios.


De acuerdo con los organizadores, esta celebración "busca ofrecer una ocasión memorable que abrace el proceso de celebrar la muerte y el morir, dentro de un entorno cultural históricamente auténtico".



El ambiente se llena de color con danzantes aztecas, catrinas y flores de cempasúchil, que transforman el camposanto en un punto de encuentro entre culturas y generaciones



Por su parte, en South Valley, Albuquerque, también se realiza un festival del Día de Muertos que combina arte comunitario y reflexión social. Cada año, el evento adapta su temática a los problemas contemporáneos; en esta edición, por ejemplo, las actividades girarán en torno a las redadas migratorias.


El festival incluye desfiles de catrinas, recorridos en bicicleta, misas, danzas tradicionales, exposiciones de arte, presentaciones de mariachi y procesiones que mezclan los símbolos característicos de la festividad con elementos propios de la identidad mexicana.



Gracias a la difusión internacional -impulsada por películas como Coco-, estas celebraciones han transformado la forma en que se percibe la muerte fuera de México: el duelo deja paso a una mirada más serena y festiva, donde recordar a los que se fueron se convierte en un acto de amor y continuidad



España: cuando las catrinas se cruzan con Todos los Santos

En España, país con profundos lazos históricos con México, el Día de Muertos ha encontrado un espacio propio gracias al sincretismo cultural heredado desde la Conquista.


Aunque tradicionalmente se celebra el Día de Todos los Santos, con el tiempo se han incorporado elementos mexicanos que hoy conviven con las costumbres locales.


Las flores de cempasúchil adornan altares improvisados en espacios públicos y hogares; en algunas panaderías se hornea pan de muerto, que fusiona la receta mexicana con ingredientes y técnicas españolas. Incluso las calaveras y catrinas, inmortalizadas por José Guadalupe Posada y popularizadas por Diego Rivera, se han vuelto imágenes recurrentes durante estas fechas.


La influencia cultural mexicana también se refleja en el cine.



Cada año se organizan muestras dedicadas al terror clásico mexicano, donde se rinde homenaje a figuras como Carlos Enrique Taboada, director y guionista que plasmó en películas como El niño de piedra, Hasta el viento tiene miedo y Más negro que la noche su visión sobre la muerte y lo sobrenatural, cercana al imaginario mexicano pero universal en su esencia



Japón: una coincidencia espiritual

A 15 horas de distancia de México, Japón -país conocido por su equilibrio entre tradición y modernidad- también tiene una celebración similar al Día de Muertos.


Se trata del Obón, una festividad dedicada a honrar a los antepasados que se celebra en agosto y que guarda paralelismos con la tradición mexicana, aunque con símbolos propios.


Durante el Obón, las familias preparan altares llamados butsudan, que incluyen tres componentes esenciales:

  • Gohonzon: la figura central del altar, objeto de devoción ante el cual se realiza la práctica budista.

  • La campana: su sonido es una ofrenda de "sonido", que marca el inicio y fin de la ceremonia del daimoku, un canto en el que se busca manifestar la sabiduría y conectar con el universo.

  • Hojas verdes: representan la fuerza vital y la pureza eterna.




Tanto en México como en Japón, los altares comparten símbolos universales: velas, flores, agua y frutas, elementos que expresan respeto, vida y renovación.



La diferencia radica en que el Obón suele asociarse a la creencia de que los espíritus de los muertos regresan a sus hogares, y se les da la bienvenida encendiendo farolillos flotantes en ríos y lagos, lo que simboliza el regreso de los espíritus al más allá al final del festival



Rituales de película

En México, visitar los panteones el 2 de noviembre es una costumbre profundamente arraigada.


Las familias limpian las lápidas, colocan flores, rezan y, a veces, hasta conversan con sus difuntos. Aunque prácticas similares existen en muchos países, algunas destacan por la intensidad y el simbolismo de sus rituales.



En Tana Toraja, una región montañosa de Indonesia, se realiza la ceremonia MaNene, un ritual ancestral de purificación de los cuerpos



Durante esta ceremonia, las familias desentierran a sus antepasados, limpian cuidadosamente sus restos y les cambian la ropa por prendas nuevas.


Una vez listos, los cuerpos son envueltos y devueltos a su lugar de descanso, en un acto de respeto y continuidad familiar.



En Pomuch, Campeche, se lleva a cabo una tradición similar, aunque menos conocida fuera del país. Cada año, los habitantes limpian con brochas los restos óseos de sus difuntos y los colocan en urnas abiertas dentro de los nichos, donde parecen convivir nuevamente con sus seres queridos



El Día de Muertos ha demostrado ser más que una fecha del calendario: es una forma de recordar, de compartir y de mantener vivos los lazos familiares, sin importar el idioma o el país.


Desde Los Ángeles hasta Tokio, desde Madrid hasta Pomuch, el mensaje es el mismo: la muerte no separa, solo transforma. Y mientras las flores de cempasúchil sigan encendiendo el camino, los muertos seguirán regresando, cada año, a compartir la vida con los vivos. 


Noticias Similares

Destacadas

Más de Meganoticias