El pasado miércoles, entró en vigor el aumento de los aranceles estadounidenses sobre las importaciones de acero y aluminio, que pasaron del 25% al 50%, según lo decretado por el presidente Donald Trump. Esta medida, justificada por motivos de seguridad nacional, ha generado preocupación en diversos sectores económicos de México, especialmente en la industria de la construcción.
Óscar Avilés Angulo, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) en Los Mochis, advirtió que este incremento arancelario podría traducirse en un aumento significativo en los costos de construcción en la región.
Subrayó que aunque el impacto aún no se ha materializado por completo, el acero representa aproximadamente el 10% del costo en la construcción de viviendas y hasta un 20% en edificaciones más grandes, como edificios y puentes. Por lo tanto, el alza en los precios del acero podría traducirse en un aumento mínimo del 10% en los costos de construcción.
"En el costo de construcción cuando son casas repercute como un 10% pero cuando son edificios se van al 20% ".
El líder empresarial señaló que, aunque México produce acero, enfrenta desafíos en la fabricación de aceros especiales, como el inoxidable o de alta resistencia, lo que podría generar problemas adicionales en la industria que depende de estos materiales.
Además, expresó preocupación por el impacto en los programas de vivienda, especialmente aquellos respaldados por el gobierno, ya que señaló los presupuestos establecidos podrían no ser suficientes para cubrir los costos incrementados. Esto también afectaría a proyectos privados, donde los constructores podrían enfrentar dificultades para ajustar sus presupuestos ante el aumento de los precios de los materiales.
"Lo más fuerte es lo que trae el gobierno en lo que es de vivienda, ahorita está calmada la inversión pero lo que es vivienda se va a perjudicar".