Guasave, Sinaloa.- El trabajo infantil tiene su origen en la pobreza y la falta de acceso a una educación de calidad. En México, más de 37 millones de niños realizan algún tipo de trabajo, y es muy común verlos en cruceros, campos agrícolas o haciendo labores domésticas en condiciones inadecuadas.
En el caso específico de Sinaloa, desde el 2015, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía en México, dio a conocer que en la entidad existen 53 mil 799 niñas, niños y adolescentes en ocupaciones no permitidas, que corresponde al 2.4% del total nacional.
Del total de quienes se encuentran en ocupaciones no permitidas, 49.9% son adolescentes que están en ocupaciones peligrosas, 26 mil 826 adolescentes.
Cabe señalar que en ese entonces ocupaba el lugar número 15 entre las 32 entidades del país con menor proporción de trabajo infantil; sin embargo, en 2025, la ocupación de menores alcanzó ya los 59 mil 870 niños, es decir, el 9.7% del total nacional.
Por esta razón, el Sistema de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), considera probable un incremento del trabajo infantil durante el verano y parte del periodo vacacional del nivel educativo básico.
Teresa Velásquez Soto, directora de la dependencia en Guasave, aseguró que al menos en este municipio, son menos los menores que se observan en las calles y cruceros; sin embargo, aún hay padres que permiten que sus hijos los acompañen a trabajar o incluso exponerlos a condiciones climatológicas que ponen en riesgo la salud y la vida de los niños.
"En los centros escolares nos hemos encontrado con que algunos padres dejan de mandar a sus hijos para que les ayuden en el trabajo, nos hemos encontrado a mamás cargando niños, exponiendo a sus hijos a las inclemencias del clima".
Por otra parte, la procuradora del menor, la mujer y la familia de DIF Guasave, informó que, en caso de encontrar a un menor trabajando en la calle, se traslada a la procuraduría para iniciar una investigación y localizar a sus padres.
Posterior a ello, puede iniciarse una denuncia penal por omisión de cuidados, para que el ministerio público fije una judicialización o un proceso, que pudiera ser escuela para padres o atención psicológica para ambos.
"Primero que nada investigar, ¿dónde estaba el papá?, ¿por qué ese niño andada en la calle?, es una investigación, y ya de ahí, o denunciamos al padre, que es lo más correcto, el ministerio público va a fijar o una judicialización o un proceso que pudiera ser escuela para padres o atención psicológica para los menores o el menor de edad, o los padres, normalmente va a terminar la omisión de cuidado en que el juez le va a fijar muchas responsabilidades al padre", aseguró Dámaris Osuna, procuradora del menor la mujer y la familia en DIF Guasave.