Avances insuficientes; la realidad sigue golpeando brutalmente a mujeres en Ahome

En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, Dignora Valdez, vocera del colectivo feminista Violetas Ingobernables, expresó que, aunque ha habido avances en visibilización, conciencia social y cambios legislativos, estos no se reflejan en una protección real y efectiva para las mujeres en Ahome.

Seis años de violencia y un camino institucional agotador

Dignora Valdez, policía y defensora de derechos humanos, compartió que durante seis años ha enfrentado distintos tipos de violencia. Detalló que ha acudido a todas las instancias posibles denuncias, demandas, comisiones de honor y justicia, órganos internos, la vicefiscalía y la Comisión de Derechos Humanos sin obtener una resolución adecuada.

A pesar de que la comisión emitió recientemente una recomendación a su favor, denunció que el alcalde no ha aceptado dicha resolución, lo que evidencia, dijo, una falta de voluntad para atender estos casos.

Impunidad y desgaste para las víctimas

La activista señaló que muchas mujeres desisten de denunciar debido al desgaste físico, económico y psicológico que implica enfrentar procesos largos y poco eficientes.

"Si esto se hace con una defensora de derechos humanos, ¿qué les espera a otras víctimas?", cuestionó.

Explicó que en el camino han quedado muchas mujeres policías que, tras enfrentar violencia, hoy continúan trabajando junto a sus agresores, en ocasiones obligadas bajo el argumento de "ética laboral".

Subrayó que continúa sin existir un protocolo de actuación para casos de acoso sexual u hostigamiento laboral dentro de las corporaciones policiacas, lo que deja indefensas a las mujeres que denuncian estas situaciones.

Sanciones insuficientes y falta de justicia

La activista también criticó las penas otorgadas por delitos sexuales, señalando que sanciones como diez años de prisión por violación "parecen una burla", pues no inhiben la violencia ni garantizan justicia para las víctimas.

"Duele ver que no hay un protocolo lo suficientemente bueno para que esto deje de replicarse", concluyó.