La salud mental sigue siendo una deuda pendiente en el país. La falta de presupuesto, la escasez de especialistas, los altos costos del sector privado y el estigma social dificultan el acceso a atención psicológica y psiquiátrica para miles de personas.
"Aún persiste el estigma y la discriminación en la sociedad debido al desconocimiento. Pues eso aún en estas fechas nos ha afectado con respecto a la solicitud de atención", indicó Jesús Antonio Gallardo, coordinador de Úneme Cisame Los Mochis
En Sinaloa, de enero a septiembre, la Línea de Salud Mental recibió 1,133 llamadas. Las principales causas: ansiedad, seguida por depresión, adicciones, esquizofrenia y trastorno bipolar.
"Estos problemas mentales van en aumento y van a seguir en aumento, estadísticamente realmente no tenemos una estadística real está subdiagnosticado todo el problema mental, todos lo vivimos, realmente hay mucho problema", destacó Jaime Astorga, director de Hospital General de Los Mochis.
Aunque la salud mental es clave para el bienestar y la productividad social, el Presupuesto de Egresos de la Federación 2026 contempla un recorte de 90.9 millones de pesos respecto a 2025, lo que representa una disminución del 2.5% frente a los 881 mil millones de pesos asignados el año anterior.
Este recorte agrava la ya precaria cobertura: según el Instituto Nacional de Salud Pública, en México hay menos de 0.4 psiquiatras y 1.5 psicólogos por cada 100 mil habitantes.
Y aunque la alternativa es acudir al sector privado, los costos son inalcanzables para muchas familias. Una consulta psicológica puede oscilar entre 500 y 1,500 pesos por sesión, dependiendo del profesional y la ciudad.
En Sinaloa, existen cuatro Unidades de Especialidades Médicas que brindan atención psicológica y psiquiátrica gratuita: en Culiacán, Los Mochis, Guamúchil y Mazatlán. También hay un hospital psiquiátrico en Culiacán, y módulos de salud mental en Guasave y Escuinapa. A esto se suma la reciente apertura de un consultorio de salud mental en el Hospital General de Los Mochis.
Pero los esfuerzos siguen siendo insuficientes. Mientras los recortes continúan y el sistema no da abasto, miles enfrentan sus batallas en silencio. La salud mental no está fallando: está siendo ignorada.