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02 de Mayo del 2025
Cultura

Del plástico al bambú: México se vuelve eco-friendly

Del plástico al bambú: México se vuelve eco-friendly

México se encuentra en una etapa de transformación hacia una cultura más eco-friendly, en la que la sostenibilidad ambiental comienza a posicionarse como un pilar clave del desarrollo nacional



En respuesta a la urgencia de reducir el impacto ambiental y adaptarse al cambio climático, el país ha comenzado a implementar diversas estrategias que buscan modificar tanto la producción como el consumo diario.


Entre estas medidas destacan la promoción de vehículos eléctricos, el uso de bolsas reutilizables y la intención de transitar progresivamente hacia energías renovables.



A continuación, te mostramos cómo México ha empezado a materializar su compromiso con el planeta, procurando minimizar el impacto de las actividades humanas en su territorio



Uno de los primeros esfuerzos visibles vino por parte del sector privado. En 2009, Organización Soriana se convirtió en la primera empresa en lanzar al mercado mexicano una bolsa plástica biodegradable como parte de su estrategia ambiental.


Este producto estaba diseñado para descomponerse naturalmente en un periodo de 12 a 24 meses gracias a su composición, la cual reaccionaba al contacto con microorganismos, oxígeno, humedad y tierra.



El objetivo era adaptar el modelo tradicional de bolsa de plástico a una versión más ecológica



Sin embargo, la iniciativa no estuvo exenta de críticas. Muchas personas señalaban que estas bolsas seguían acumulándose en los hogares y siendo utilizadas como simples contenedores de basura, sin importar si eran biodegradables o no.


Ante esta situación, y en un intento por fomentar un cambio más profundo en los hábitos de consumo, la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) decidió actuar.


En enero de 2020, Sedema prohibió la comercialización, distribución y entrega de bolsas plásticas desechables en la Ciudad de México, que posteriormente fue adaptada en distintos estados, con algunas excepciones por razones sanitarias, como en el caso de alimentos frescos como carne, jamón y chorizo.



Como resultado, muchas empresas y comercios optaron por ofrecer alternativas reutilizables hechas de materiales como tela, yute, rafia y malla, marcando así un paso concreto hacia la reducción del plástico de un solo uso



Este tipo de iniciativas está marcando un precedente importante para que cada vez más productos derivados del plástico tengan su versión ecológica en el mercado mexicano.


Hoy en día, ya es posible encontrar popotes biodegradables, platos y vasos desechables compostables, cepillos de dientes fabricados con bambú, botellas reutilizables, así como cubiertos hechos de materiales sustentables que sustituyen al plástico convencional.


Algunos actores del sector privado también se están sumando al cambio. Por ejemplo, Aeroméxico ha eliminado los plásticos de un solo uso en sus vuelos, reemplazándolos con alternativas reutilizables de metal.


Además, promueve el programa "Vuela Verde", mediante el cual los pasajeros pueden hacer una contribución voluntaria para compensar emisiones de dióxido de carbono a través de proyectos ambientales.



Otra empresa destacada es Entelequia, que ofrece empaques compostables innovadores, como bolsas hechas con ácido poliláctico, contenedores de paja de trigo y recipientes elaborados a base de almidón de maíz



En el ámbito de la movilidad personal, diversas empresas han entrado al mercado mexicano con la venta de autos eléctricos, impulsando un modelo de transporte más sustentable que no depende de la quema de combustibles fósiles, uno de los principales factores del cambio climático.


Marcas como Tesla, Nissan, BMW y Chevrolet ya comercializan estos vehículos en el país. No obstante, su adopción masiva aún enfrenta obstáculos importantes, como los altos costos iniciales y la limitada infraestructura de carga en varias regiones del país.


A pesar de estos desafíos, el sector de los autos eléctricos está experimentando un crecimiento exponencial en México, con cada vez más interés por parte de los consumidores y avances tecnológicos que prometen hacerlo más accesible.


En ese sentido, el gobierno federal anunció su intención de producir y vender vehículos eléctricos ensamblados en el país bajo la marca Olinia.



Esta línea contará con tres modelos y se prevé que tengan un rango de precios que irá desde los 90 mil hasta los 150 mil pesos, dependiendo de sus características. Sin embargo, su lanzamiento al mercado está proyectado para el año 2030



El gobierno federal ha implementado diversas medidas para incentivar la adopción de vehículos eléctricos (VEs) en el país.


Entre ellas se incluyen exenciones del Impuesto Federal sobre Automóviles Nuevos (ISAN) para vehículos eléctricos, la posibilidad de deducir el Impuesto Sobre la Renta (ISR) por depreciación de estos autos, y deducciones diarias de hasta 285 pesos por el uso temporal de vehículos eléctricos, híbridos y de hidrógeno.


Además, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ofrece la instalación gratuita de medidores para estaciones de carga domésticas, facilitando aún más el acceso a esta tecnología.


En el ámbito empresarial, uno de los ejemplos más destacados es Grupo Bimbo, que opera la flota de vehículos eléctricos más grande de Latinoamérica, con más de 1,100 unidades dedicadas a la distribución urbana.



En México, la tendencia hacia la construcción ecológica está ganando terreno, con proyectos de viviendas hechas de materiales sostenibles como adobe, pacas de paja y hasta sargazo en zonas como Bacalar



Empresas como Bioconstrucción y Energía Alternativa (BEA) están a la vanguardia, promoviendo diseños arquitectónicos sustentables que no solo respetan el medio ambiente, sino que también son energéticamente eficientes.


En la Ciudad de México, también han emergido modelos de viviendas ecológicas de bajo costo, con precios a partir de los 680 mil pesos por una propiedad de 68 m².


Estas viviendas cuentan con innovadores sistemas hídricos no contaminantes, paneles solares y tragaluces que regulan la temperatura interior, mejorando la eficiencia energética y reduciendo el impacto ambiental.



En contraste, una vivienda de interés social o económica en la misma ciudad tiene un precio que varía entre 442 mil a 550 mil pesos, pero carece de estos sistemas ecológicos



En el camino hacia una matriz energética más limpia y sostenible, México ha reforzado su apuesta por fuentes renovables como la solar y la eólica, buscando reducir su dependencia de los combustibles fósiles.


Con la reciente transformación de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en una empresa pública -según lo establecido en el Nuevo Plan Nacional de Energía presentado por el gobierno federal-, se busca fortalecer el papel del Estado en la generación y distribución de energía, como una vía para garantizar una transición energética ordenada y con enfoque social.


Este plan contempla una inversión total de hasta 32,400 millones de dólares, que se destinarán a distintas acciones clave.


Entre ellas, la CFE destaca la instalación de 13,024 megawatts (MW) adicionales en capacidad de generación eléctrica.




Estos proyectos no solo incluirán fuentes renovables, sino también tecnologías como ciclos combinados y sistemas de combustión interna, según informó la empresa estatal.


Entre las iniciativas anunciadas se encuentran:

  • Programa de cocinas limpias: Sustituirá el uso de leña en zonas rurales mediante estufas más eficientes. Quemar leña emite gases como dióxido de carbono, metano y carbono negro, todos ellos altamente contaminantes y relacionados con el cambio climático. Este programa será financiado a través de subsidios gubernamentales.


  • Instalación de paneles fotovoltaicos en el norte del país: Esta medida busca mitigar el uso de energía no renovable durante las temporadas de calor, beneficiando directamente a hogares en zonas con alta radiación solar.


  • Participación privada en energías renovables: Se contempla la incorporación de entre 6,400 MW y 9,550 MW adicionales de energía limpia hacia 2030, con inversiones estimadas entre 6,000 y 9,000 millones de dólares.



La meta a 2030 es que el 38% de la energía del país provenga de fuentes limpias, mientras que el 62% restante será de origen térmico, considerada una opción de "combustible de transición" por ser menos contaminante. Con este esquema, se proyecta una reducción del 4.5% en las emisiones de dióxido de carbono


En cuanto a la energía eólica, México cuenta con numerosos campos de generación, siendo el Istmo de Tehuantepec, en Oaxaca, el más importante por su gran potencial.


Esta región genera aproximadamente 2,300 megawatts (MW), energía suficiente para abastecer a unos 1.3 millones de hogares al año.

 


Otros estados que destacan en la generación eólica son Tamaulipas, Nuevo León, Baja California y Coahuila



La sostenibilidad también ha llegado al sector privado, pero no sin desafíos. Uno de los principales problemas es el greenwashing, es decir, cuando las empresas aparentan ser ambientalmente responsables sin realmente adoptar prácticas sostenibles. En México, ya se han documentado varios casos de este tipo.


Según el informe Corporate Climate Responsibility Monitor 2023, elaborado por el New Climate Institute y Carbon Market Watch, grandes compañías como Amazon, Nestlé, Walmart e Inditex han sido criticadas por prometer reducciones de emisiones muy por debajo de lo necesario.



Mientras el objetivo internacional establece una reducción del 43% para 2030, estas empresas apenas apuntan al 15%.



En el panorama nacional también hay ejemplos preocupantes. Clorox México, por ejemplo, ha sido señalada por promocionar productos como "ecológicos" mientras continúa utilizando compuestos como CFC y PVC, ambos altamente dañinos para la capa de ozono.


Por su parte, Grupo Herdez, aunque publica informes de sostenibilidad, fue denunciado por descargar residuos industriales en Chiapas, afectando cuerpos de agua en Tapachula.



Otro caso notable es el de Cemex, gigante de la industria cementera, que pese a sus programas verdes ha sido multado en otros países por violaciones ambientales y es considerada una de las principales fuentes de contaminación en Guadalajara



Desde bolsas reutilizables hasta viviendas ecológicas y autos eléctricos ensamblados en territorio nacional, los ejemplos de cambio son palpables.


Sin embargo, este camino no está libre de obstáculos: la infraestructura limitada, los costos de adopción y prácticas como el greenwashing demuestran que la transición ecológica exige más que buenas intenciones.





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