El dengue avanza sin freno en el norte de Sinaloa y confirma una realidad que las autoridades sanitarias ya reconocen: la transmisión del virus dejó de depender exclusivamente del clima.
Aunque hace más de un mes que no llueve, los casos aumentaron 20% en solo dos semanas, alcanzando 277 contagios confirmados entre enero y noviembre.
La estadística que alarma: la enfermedad ya no se comporta como antes
La Jurisdicción Sanitaria 01 confirma que 159 casos corresponden a Ahome, 90 a Choix y 28 a El Fuerte, consolidando a la región como una de las más afectadas del estado.
"Llama la atención que a pesar de que ya tenemos más de un mes que dejó de llover se incrementó la frecuencia en las últimas dos semanas", Víctor Lim, jefe de la Jurisdicción Sanitaria 01.
Focos rojos urbanos
Los sectores Tabachines, Macario Gaxiola, Ramírez, el bulevar Chihuahuita y la Rosendo G. Castro destacan como puntos rojos. Son zonas donde confluyen tres factores que favorecen la reproducción del mosquito: alta concentración de viviendas y acumulación de objetos o depósitos con agua.
En zonas rurales, La Arrocera y Campo 35 muestran comportamientos similares: patios amplios con cacharros acumulados y falta de saneamiento básico.
Hospitales bajo presión: más casos graves por atención tardía y comorbilidades
En tan solo 15 días Cruz Roja Los Mochis ha confirmado 30 casos.
Mientras que El Hospital General de Los Mochis recibió seis pacientes con signos de alarma solo la semana del 17 de noviembre. En un mes acumula 40 hospitalizaciones, una cifra alta para esta temporada. Los casos no solo depende del virus, sino de las condiciones previas del paciente.
"Tiene que ver mucho el tiempo que tardan en atenderse, otra puede ser el factor de comorbilidades como obesidad, diabetes, hipertensión arterial, algún grado de deshidratación, desnutrición del paciente", Jaime Astorga, director del Hospital General de Los Mochis.
La alerta está encendida y la prevención es clave. Mantener los hogares limpios, eliminar criaderos y acudir a los centros de salud ante los primeros síntomas son acciones que pueden marcar la diferencia entre un contagio leve y un caso grave.
La responsabilidad ahora es de todos: autoridades y comunidad deben actuar juntos para frenar la propagación del virus.
