Descubren crematorio prehispánico con 800 años en Guasave
GUASAVE, SINALOA.- Un un hallazgo que redefine la historia de la región, arqueólogos anunciaron el descubrimiento de un antiguo crematorio prehispánico para bebés, datado en más de 800 años, en las inmediaciones del conocido Sitio 117, también llamado "El Ombligo", en Guasave.
El crematorio fue identificado por arqueólogos liderados por José Rodrigo Vivero Miranda, de la Universidad de Oklahoma, durante las recientes prospecciones en la ribera del río Sinaloa. Este hallazgo se une a la rica herencia prehispánica ya conocida en el lugar, donde en 1938 el norteamericano Gordon F. Ekholm descubrió tumbas y urnas que revelan prácticas de incineración y rituales funerarios.
"Este hallazgo confirma que Guasave fue una zona de confluencia cultural, un espacio fronterizo donde convergieron dos visiones del mundo sin imponerse una sobre otra. Es una muestra de cómo los habitantes integraban elementos ajenos para construir una identidad local propia", señaló Vivero Miranda.
El descubrimiento consiste en una estructura de adobe de aproximadamente 30 centímetros de ancho, construida con muros de apenas 3 centímetros de grosor. En su interior fueron localizados ocho huesos largos calcinados, probablemente húmeros o cúbitos, pertenecientes a neonatos o fetos de entre 36 y 40 semanas de gestación. No se hallaron piezas dentales, lo que refuerza la hipótesis de que se trata de individuos muy pequeños, enfatizó. La presencia de abundantes cenizas confirma el uso del espacio como un sitio de cremación.
"Guasave es un lugar donde confluyen dos mundos: el norte y el sur. Es una frontera cultural viva, en la que no se impone una tradición sobre otra, sino que conviven. La gente de aquí mantuvo su identidad, pero adoptó elementos que enriquecieron su estructura social y religiosa", explicó el investigador de la Universidad de Oklahoma, José Rodrigo Vivero Miranda, quien desde el 2024 ha realizado estudios arqueológicos en el municipio.
Aunque las investigaciones aún no han publicado detalles técnicos, se estima que el crematorio se usaba para los restos de los más pequeños, alineándose con una tradición regional que combinaba entierros secundarios con elementos de urnas o quemas rituales, una práctica común en comunidades mesoamericanas de la época.
El sitio del crematorio no será revelado con precisión para preservar su integridad y evitar saqueos. Sin embargo, se confirmó que se encuentra cerca del cauce antiguo del río Guasave, que según los estudios arqueológicos habría desembocado originalmente en La Pitaya y no en Boca del Río como ocurre en la actualidad. Este desplazamiento del río, posiblemente causado por fenómenos climáticos intensos entre los años 1400 y 1500, habría modificado las zonas habitacionales de las antiguas comunidades ribereñas.
