GUASAVE, SINALOA.- En este episodio de Turisteando, haremos un recorrido por el Guasave Viejo, un rincón de Sinaloa digno de visitar, que preserva, con una fascinante quietud, la esencia de un tiempo colonial que aún se alcanza a apreciar en sus viviendas antiguas.
Sus casas de estilo clásico, algunas más deterioradas que otras, cuentan con fachadas de paredes blancas y techos corroídos por los años, adornadas con pequeñas ventanas de madera y puertas robustas que parecen resistir el paso del tiempo. Las estructuras de adobe, comunes en la época colonial, se mezclan con detalles más elaborados de influencia española, como los balcones de hierro forjado y las rejas que custodian las entradas.
Un claro ejemplo de esta arquitectura es el antiguo Edificio de la Casa de la Cultura, que ha sido restaurado con esmero para conservar su estilo original. Este edificio, que sigue en pie desde 1900, fue una de las primeras casas de la élite local, refleja la influencia de los mestizos españoles en la región y la llegada de nuevas costumbres y estilos desde Europa.
En el centro de Guasave Viejo se encuentra la Plazuela Principal, un espacio que ha sido testigo de la vida cotidiana del pueblo por generaciones. Este pequeño, pero acogedor espacio, rodeado de árboles frondosos, ofrece una sensación de paz y tranquilidad que invita a la reflexión.
La plazuela ha sido el punto de encuentro de los vecinos, lugar donde se celebran las fiestas patronales, y un sitio para las tardes de charla entre amigos y familiares que invitan a los turistas a vivir una mágica experiencia llena de historia.
"Este es un espacio muy bonito aquí en Guasave, los invitamos a conocerlo, es el Guasave histórico, lo mejor que tenemos, la plazuela, alrededores, todo es bonito aquí". Expresó la ciudadana Lourdes Gutiérrez.
A tan solo unos pasos, la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, ubicada a un costado de la plazuela, es otro de los grandes símbolos históricos y culturales de Guasave Viejo. Esta iglesia, que data del siglo XVIII, tiene una arquitectura sobria pero imponente, que refleja la influencia del Barroco en la región. Su fachada, de color blanco, destaca con su torre campanario que se alza por encima de los tejados del pueblo, dominando el horizonte de Guasave Viejo.
Por dentro, la iglesia mantiene la solemnidad característica de las construcciones religiosas coloniales. Las paredes, cubiertas con frescos y detalles ornamentales, enmarcan el altar principal dedicado a Nuestra Señora del Rosario, una advocación mariana muy venerada en la región.
Visitar Guasave Viejo es no solo un recorrido por su arquitectura, sino también una invitación a vivir su cultura, a sentir la calidez de su gente, y a sumergirse en un pedazo de historia que sigue latiendo con fuerza, como el río que bordea sus tierras