Tras dos años marcados por la sequía, el campo sinaloense vuelve a respirar.
Sinaloa puede producir más que nunca, pero si no se garantiza un precio justo, la rentabilidad seguirá siendo el eslabón débil del agro.
Con una mejor disponibilidad de agua en las presas actualmente al 48% de su capacidad, los productores se preparan para un ciclo agrícola de recuperación. Sin embargo, aunque el volumen de siembra crecerá significativamente, el verdadero desafío estará en garantizar precios rentables que hagan viable la producción de granos.
De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Ganadería de Sinaloa, este nuevo ciclo agrícola prevé la siembra de 659 mil 138 hectáreas, un incremento del 34.5% respecto al ciclo anterior, cuando solo se cultivaron 490 mil hectáreas debido a la falta de agua.
El maíz retoma la delantera:
El maíz continuará siendo el cultivo dominante en Sinaloa, con 459 mil hectáreas destinadas este ciclo, frente a las 305 mil del anterior. Esto representa un crecimiento del 50.5%, consolidando al estado como el principal productor de maíz del país.
De esa superficie, 295 mil hectáreas serán de maíz blanco, destinado principalmente al consumo humano, y 10 mil de maíz amarillo, usado en la industria pecuaria y de alimentos balanceados.
Este repunte coloca a Sinaloa nuevamente como la "despensa de México", luego de que la sequía redujera drásticamente la producción en 2024. Sin embargo, el reto no será únicamente producir, sino vender a precios que permitan rentabilidad.
Más agua, más granos:
El buen panorama hídrico también impulsa otros cultivos. El frijol aumentará su superficie de 60 mil a 69 mil 944 hectáreas, mientras que el garbanzo pasará de 60 mil a 69 mil hectáreas.
El trigo crecerá de 30 mil a 40 mil hectáreas, y el cártamo duplicará su superficie: de 5 mil a 10 mil 609 hectáreas.