GUASAVE, SINALOA.- De nuevo, la colonia Ejidal se ve afectada por un derrame de aguas residuales que persiste desde hace más de un mes y que, hasta el momento, la JUMAPAG no ha logrado solucionar de forma definitiva.
La alcantarilla obstruida, situada en la calle Antonio Rosales, ha transformado la vía pública en "una piscina" de pestilencia, con olores insoportables que han obligado a los vecinos a cerrar puertas y ventanas para aliviar su incomodidad. A pesar de los reiterados reportes ciudadanos, la respuesta del organismo operador ha sido, hasta ahora, insuficiente.
El vecino José Cervantes lamenta que el problema continúa a pesar de los constantes llamados:
"La verdad, es una peste muy fuerte, y los carros mueven el agua y apesta mucho más, ya se les ha marcado un montón, pero no han venido", declaró con evidente frustración.
Este nuevo derrame no es un caso aislado en Guasave. Vecinos de distintas colonias, como San Fernando, Tierra y Libertad y Las Palmas, también han denunciado inundaciones recurrentes de aguas negras, niveles insoportables de contaminación, deterioro urbano e impactos directos en la salud pública y la economía local.
El derrame prolongado sobre la calle Antonio Rosales evidencia fallas estructurales y de gestión en el sistema de drenaje de Guasave. La persistente inacción de JUMAPAG, sumada a la limitada capacidad operativa y fallas técnicas en su maquinaria, dejó al municipio sin respuestas efectivas ante emergencias sanitarias como esta.