Infancias interrumpidas: el rostro humano del embarazo adolescente

A pesar de las campañas de prevención, la promoción del uso de anticonceptivos y el discurso institucional sobre educación sexual, el embarazo adolescente sigue siendo una de las problemáticas sociales y de salud más persistentes en México. 

La desinformación, los contextos de vulnerabilidad y la falta de acceso real a servicios de salud sexual y reproductiva siguen siendo factores clave que colocan a miles de niñas y adolescentes en una maternidad temprana.

Las estadísticas preliminares de 2025 revelan una realidad preocupante: en el primer semestre del año se registraron 3,904 nacimientos en niñas de entre 10 y 14 años a nivel nacional. Además, el INEGI, en su más reciente informe de mayo de 2025, reportó que el 7.7 % de las adolescentes mexicanas de 15 a 19 años ya eran madres.

En Sinaloa, en 2024 se contabilizaron 131 embarazos en niñas de 10 a 14 años, lo que representó el 0.99% del total de embarazos en el estado. Entre adolescentes de 15 a 19 años, la cifra fue mucho mayor: 2,585 embarazos, es decir, el 21% del total registrado.

 "En el 2025 ha habido 89 embarazos entre el rango de los 10 a 14 años de edad y 1,740 embarazos entre el rango de los 15 a los 19 años de edad", informó Gerardo Kenny Inzunza, director de Prevención y Promoción de la Salud.

Aremi Guadalupe es una adolescente que tuvo su primer embarazo a los 16 años, dándole un giro completamente a su vida.

"Le tengo que poner más atención a ella, tengo que tener cuidados. Me tuve que cambiar de turno para poderla cuidar a ella en el día en la prepa y me distancie de varias amistades", detalló Aremi.

Casos como el de Aremi se repiten todos los días en distintas regiones del país. La falta de información clara, el miedo, los estigmas, y en muchos casos, la violencia sexual, son condiciones frecuentes detrás del embarazo en niñas y adolescentes.