Guasave, Sinaloa.- En la comercialización de maíz en México convergen industriales, bodegueros y agricultores; este último, es quien resulta menos beneficiado y, en el peor de los casos, perjudicado, debido a factores como la importación de grano, los precios y los retrasos en el pago de cosechas.
Durante el proceso de recepción del grano en las bodegas, los productores agrícolas suelen ser víctimas de abusos al aplicar descuentos por impurezas. Sin embargo, en lo que no se miden es en la humedad: según los propios agricultores, los bodegueros aplican descuentos de miles de pesos y no hay una autoridad que regule o inspeccione las anomalías en este rubro.
Los agricultores aseguran que, al superar los 14 puntos de humedad, la bodega pueden llegar a descontar una de cada 24 toneladas. Además, el pago tardío de las cosechas hace que los intereses de los créditos se disparen, comprometiendo por completo la utilidad de la cosecha.
Emma Espinoza, productora agrícola de Guasave, indicó que todos ganan del productor y, al final, son ellos quienes salen perdiendo. Detalló que, esta temporada, además de las injusticias y atropellos, factores como el precio de comercialización, el incremento de insumos y los bajos rendimientos dejarán a los agricultores sin utilidad en sus cosechas.
"Todos ganan alrededor del productor y al productor lo joden bien bonito; no hay quien regule esas situaciones. Estamos a su merced; hay bodegas bien bravas que te descuentan lo que quieren y no hay quien les discuta".
Cabe destacar que, en esta temporada, muchos productores invirtieron hasta 65 mil pesos en la siembra de una hectárea para obtener rendimientos de 8 a 10 toneladas. Todos estos factores han provocado una reducción en los rendimientos de hasta 4 toneladas.
Se desconoce con precisión el precio al que los industriales adquieren el grano; sin embargo, se comenta que lo compran tomando como referencia la Bolsa de Chicago. El precio al que se pretende comercializar se ubica en 5,250 pesos, pero la Asociación de Agricultores del Río Sinaloa Poniente (AARSP) acordó con los industriales un precio de 5,900 pesos.
Por otra parte, en el caso específico de comerciantes de la masa y la tortilla, el costal de 20 kilogramos de harina de maíz ronda entre 800 y 900 pesos, para un rendimiento de 40 kilos de masa. Actualmente, el kilo de tortilla se ofrece a 25 pesos; al multiplicar por el rendimiento, la utilidad por costal de 20 kilogramos resulta en aproximadamente mil pesos, es decir, una ganancia de apenas 100 a 200 pesos por bulto de 20 kilogramos.
"El precio de la tortilla está por encima de lo que sería si compraran a 7 pesos el maíz, y eso no se regula; definitivamente el maíz baja, pero la tortilla jamás. La situación, definitivamente, está muy difícil; no está fácil. Hubo gente ahora que ni siquiera sacó los gastos", mencionó Arnoldo Armenta, presidente del Módulo Petatlán.
Por su parte, Modesto López Leal, presidente del Movimiento para el Campo Sinaloense (MOCASIN), indicó que el conflicto y las injusticias de los acopiadores es un problema que ha existido siempre. Manifestó que no sirve de nada presentar una liquidación de cosechas con cobros por humedades excesivas.
Detalló que, a la hora de acudir a la báscula de cualquier centro de acopio, si no hay conformidad con el resultado de la muestra de impureza y humedad, lo correcto es no permitir la descarga del grano; de lo contrario, ya no será posible presentar un reclamo.
"A nosotros no nos sirve que nos lleven una boleta con humedades exageradamente cargadas. A la hora de estar en la báscula de cualquier centro de acopio, que les tomen la muestra de humedades e impurezas; si no están de acuerdo, ahí que nos hablen antes de que ese camión sea descargado, porque esa es la única forma: necesitamos pruebas."