GUASAVE, SINALOA.- Enclavada entre cerros, música y tradición, Rosa Morada es una joya escondida a 20 kilómetros de la cabecera municipal de Mocorito, Sinaloa, que guarda con orgullo el título de ser la cuna de Los Tigres del Norte, una agrupación que llevó el nombre de Sinaloa a los escenarios más grandes del mundo, gracias al apoyo de Rosendo Urías Uriarte, integrante de la agrupación "Los Tigres de la Frontera" quien fue el que enseño a Jorge Hernández, el "Tigre Mayor" a tocar el acordeón.
"Eran personas muy sencillas, muy comunicativos, convivían mucho con todos nosotros, sobre todo cuando andábamos de músico trabajando, en los eventos, en las ferias, en Palmar de los Leal, El progreso, Mocorito, Guamúchil, Quila". Indicó.
"Los Tigres de la Frontera, duró un promedio de entre 17 y 18 años como grupo. Se lograron hacer 7 discos, 3 discos y 4 casete". Contó Urías Uriarte

Al llegar a Rosa Morada, el arco de bienvenida marca la entrada a sus calles tranquilas, casas centenarias y jardines ubicados entre la sierra y los campos del norte de Sinaloa. Caminar por sus calles es como recorrer un pedazo vivo de historia sinaloense. Aquí, entre casas antiguas con amplios patios, se respira ese espíritu trabajador, alegre y rebelde que inspiró a los legendarios "Jefes de Jefes".
Si deseas visitarlo, puedes disfrutar de la famosa "Plazuela Tigres del Norte", un lugar que se convierte en punto de encuentro del pueblo, donde se rinde homenaje al grupo con una placa dedicada que invita a sacarse la foto del recuerdo.

A unos pocos pasos, la iglesia de la comunidad, modesta, pero emblemática, data de principios del siglo XX y es otro punto necesario para el visitante que busca un poco de relatos históricos.
A pocos minutos del pueblo, los paisajes naturales invitan a la aventura: cerros ideales para senderismo, arroyos que en tiempo de lluvia refrescan con su corriente cristalina y rincones rurales perfectos para una escapada de fin de semana.
"Claro, pues, sobre todo a la gente que es de aquí, que se está por la frontera y que se va para el otro lado. Hay veces que, en época de fin de año, vienen y recalan y se están unos días por aquí, pero aquí el rancho es tranquilo". Mencionó Rosendo.

Así que ya sabes, si te encanta la aventura y quieres conocer un poco de la historia de los Tigres del norte, no puedes dejar pasar esta oportunidad. Rosa Morada no solo es un lugar, es un sentimiento. Es el eco de la música, la calidez de su gente y la esencia de un Sinaloa que sigue cantando su historia al ritmo del norte.