Desde el fin de semana, el despacho de gasolinas comenzó a ser irregular en varias entidades como Nuevo León, Chiapas, el Estado de México y la capital del país las estaciones de servicio dejaron de despachar el combustible e incluso tuvieron que cerrar por algunas horas.
El problema se agudizó debido a que los automovilistas comenzaron a realizar compras de pánico.
Sin embargo, Pemex reconoció hasta este jueves que sí había desabasto en el valle de México, pero lo atribuyó a "trabajos de mantenimiento en unidades de transporte y a una disponibilidad temporalmente reducida de autotanques.
Llama la atención su declaración, porque de acuerdo con la Organización Nacional de Expendedores de petróleo, ONEXPO, Pemex incrementó en mil 800 nuevas pipas de última milla, su flota de distribución terrestre, pipas que comenzaron a llegar en febrero de 2022.
Éstas pipas son adicionales a las 637 que tiene la Defensa Nacional y que operan bajo el plan DN III y que fueron compradas cuando el gobierno de López Obrador provocó el desabasto de combustible por una supuesta lucha contra el huachicol.
Ahora, dice Pemex, no están en condiciones de trabajar, una gran cantidad se fueron al taller y trabajadores de plantas de distribución de combustibles en Chiapas que denuncian de que no han recibido pagos por proveeduría cerraron accesos y salidas de las plantas.
El tema llegó a Palacio Nacional donde la presidenta dijo que se va a resolver, porque no es que no haya gasolina, sí está llegando combustible, pero son los piperos en Chiapas quienes se quejan por la falta de pago, aunque ya lo atiende la Secretaría de Energía y Pemex y espera que en los próximos días quede resuelto..
Petróleos Mexicanos mantiene una deuda de 400 mil millones de pesos con proveedores, incluidos los piperos, pero el plan de reestructuración de deuda solo incluyó a las grandes empresas y el resto de los compromisos, se dijo, se irían cumpliendo.
Adicionalmente, el diario Reforma consignó que para evitar el huachicol fiscal, las agencias aduanales reforzaron la revisión del combustible que llega a México, para lograr la trazabilidad del producto, pero esto ha generado que el ingreso a nuestro país se retrase, antes tomaba entre 2 y 4 horas el trámite, ahora se lleva entre 9 y 72 horas.
Esto provoca que el inventario de las gasolineras se redujera a la mitad y las ventas se deben racionar, antes de caer en el cierre total de los establecimientos.
Así que sin pipas, porque están descompuestas, aduanas que retrasan el ingreso de combustibles y los paros en demanda de pago de proveedores, Pemex se enfrenta a un nuevo desabasto provocado por la administración de la paraestatal.