En torno a la aplicación de una jornada laboral de 40 horas semanales en Michoacán, esta mañana empresarios de la entidad revelaron que la iniciativa podría ser buena para los empleados si se enfocara con los mecanismos correctos, pero para la realidad que vive el Estado, esta no sería beneficiosa, al contrario, afectaría gravemente a los comercios.
Aramis Sosa Cedeño, presidente de CANACINTRA Michoacán, enfatizó en que tras una encuentra realizada por CANACO SERVYTUR, se reveló que el 64% de personas dueñas de negocios consideran inviable la modificación inmediata de reducción de 48 a 40 horas laborales sin afectar su operación. El 41% de los encuestados señalan que tendrán un aumento en los costos aun cuando fuera paulatino el cambio y el 58% destacó que tendrá dificultades para cubrir turnos. Las empresas plantean gradualidad sectorial hacia el 2030, incentivos a la formalidad pues el 60% de la economía laboral está en la informalidad y creación de un observatorio de transición laboral para que esta reducción de horas en verdad funcione en Michoacán.
Aramis Sosa Cedeño: "No es lo mismo una planta manufacturera con turnos que un restaurante con 50 personas trabajadoras, una tienda de barrio o un pequeño hotel con atención extendida al público que emplea de 1 a 10 personas".