Durante la mañana de este domigo un vehículo de carga tipo trailer, intentó pasar por debajo del Acueducto de Morelia dañando el vestigio histórico y emblemático de la ciudad.
Conductores captaron el momento, señalando que el trailer transitaba por Avenida Tata Vasco, e intento cruzar Avenida Acueducto con sentido a Ventura Puente, causando daño a la cantera debido a sus grandes dimensiones.
Más tarde, el conductor de dicho trailer fue alcanzado y detenido por elementos de la Policía Morelia, siendo puesto a disposición de las autoridades competentes para recibir la sanción correspondiente.
En repetidas ocasiones el Acueducto de Morelia ha sufrido daños por vehículos de grandes dimensiones que intetan cruzarlo en este mismo punto vial, ocasionando daño a la cartera. Por ello autoridades han hecho un enérgico llamado este tipo de transporte a evitar transitar por la zona y buscar vías alternas.
El Acueducto de Morelia, construido entre 1728 y 1730 bajo la dirección del obispo fray Antonio de San Miguel, es uno de los símbolos más representativos de la ciudad y del patrimonio michoacano. Con sus 1,700 metros de longitud y 253 arcos de cantera rosa, esta obra maestra de la ingeniería colonial no solo destaca por su belleza arquitectónica, sino también por su relevancia histórica.
Su función original fue abastecer de agua potable a la entonces Valladolid, resolviendo problemas de escasez y mejorando la salubridad de la población.
Hoy, más de dos siglos después, el Acueducto se mantiene como un emblema cultural y turístico, reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1991. Además de atraer a visitantes de todo el mundo, es parte esencial de la identidad moreliana, un testimonio vivo del pasado que sigue marcando el presente de la ciudad.
El Acueducto de Morelia, símbolo histórico y Patrimonio de la Humanidad, ha enfrentado diversos daños a lo largo del tiempo. La cantera rosa con la que fue construido es vulnerable a la erosión provocada por la lluvia, el viento y la contaminación, lo que ha ocasionado fisuras, desprendimientos y desgaste en su estructura. El crecimiento urbano y el tránsito vehicular cercano generan vibraciones que aceleran su deterioro, sumado a accidentes en los que automóviles han impactado algunos arcos.
A esto se añade el vandalismo, con grafitis, pintas y el pegado de propaganda, afectando su imagen y superficie. Aunque ha sido objeto de trabajos de restauración, en ciertos periodos la falta de mantenimiento oportuno ha permitido que pequeñas afectaciones se conviertan en problemas mayores.
Estos daños subrayan la importancia de implementar medidas de conservación permanentes para garantizar que este monumento continúe siendo un emblema vivo de la historia y la identidad moreliana.