El centro de detención migratoria conocido como "Alligator Alcatraz" ha generado una fuerte controversia desde su apertura en Florida, ubicado en una zona remota de los Everglades, un ecosistema de humedales al oeste de Miami
Construido en tiempo récord -apenas ocho días- en un antiguo aeropuerto dentro de la Reserva Nacional Big Cypress, este complejo tiene capacidad para albergar hasta 5,000 migrantes y fue diseñado para facilitar la detención y deportación masiva de personas indocumentadas, principalmente bajo la administración del gobernador Ron DeSantis y con respaldo del presidente Donald Trump.
El nombre "Alligator Alcatraz" hace referencia tanto a la fauna local, que incluye caimanes, pitones y panteras, como a la antigua prisión de máxima seguridad Alcatraz en California.
Su emplazamiento en medio de pantanos inhóspitos y rodeado por un perímetro natural difícil de atravesar, reforzado con cerca de 8,500 metros de alambre de púas, más de 200 cámaras de vigilancia y 400 agentes de seguridad, busca evitar cualquier intento de fuga.
Las condiciones dentro del centro han sido objeto de duras críticas
Migrantes alojados en el lugar han denunciado vivir hacinados en jaulas con más de 30 personas por celda, sin acceso adecuado a agua para higiene personal, y recibiendo únicamente alimentos básicos como sándwiches con poca variedad y en ocasiones en mal estado.
Además, se reportan fallas eléctricas y falta de acceso a servicios básicos, lo que ha sido calificado por organizaciones defensoras de derechos humanos y legisladores demócratas como un trato inhumano y abusivo.
El centro abrió oficialmente sus puertas el 2 de julio de 2025, tras una visita de Donald Trump que sirvió para promover la instalación como un modelo para otros estados.
Trump incluso bromeó sobre la fauna local, sugiriendo que a los migrantes se les enseñaría a huir de los caimanes en caso de fuga, en un tono que fue ampliamente cuestionado por su insensibilidad.
Por su parte, el gobernador DeSantis defendió el proyecto como una solución integral para controlar la inmigración ilegal y un ejemplo a seguir a nivel nacional. El funcionamiento del centro ha sido acelerado respecto a lo previsto inicialmente
Mientras se esperaba que comenzara a operar entre 30 y 60 días después de su anuncio, los primeros detenidos ya fueron trasladados apenas días después de su construcción, lo que ha generado preocupación sobre la falta de transparencia y supervisión en el proceso.
Además del debate sobre las condiciones de detención, el centro se ha convertido en un fenómeno turístico y político. El letrero con el nombre "Alligator Alcatraz" ha atraído a visitantes que se toman fotografías en el lugar, incluso políticos republicanos como el congresista Adam Botana, quien elogió las instalaciones en sus redes sociales, destacando la limpieza, la comida y la atención médica.
Paralelamente, el Partido Republicano comercializa mercancía con la leyenda del centro, como camisetas y gorras, promoviendo la imagen del lugar como un símbolo de la política migratoria dura impulsada por Trump y DeSantis.
Por otro lado, los demócratas y grupos de defensa de migrantes han denunciado que el centro funciona más como un "campo de internamiento" y un "espectáculo político" que como una instalación humanitaria.
Han exigido la publicación de todos los contratos relacionados con su construcción, cuyo costo se estima en 450 millones de dólares, sospechando que se han beneficiado donantes políticos del gobernador DeSantis