La salud mental de las mujeres ha dejado de ser un tema invisible para convertirse en una preocupación central en consultorios, hogares y políticas públicas. Cada vez más mujeres se atreven a hablar de ansiedad, depresión, duelos y violencia, y buscan apoyo profesional. Un reflejo de ello es que, en distintos Centros de Integración Juvenil (CIJ), el porcentaje de pacientes que acuden específicamente a tratamiento psicológico alcanza ya el 48 por ciento, lo que evidencia un cambio de época: las mujeres están pidiendo ayuda y las instituciones comienzan a responder.
En los Centros de Integracion Juvenil, enfocados en la atención a las adicciones, se ha registrado un incremento de usuarias que buscan apoyo por problemas de salud mental más allá del consumo de sustancias. Informes recientes señalan que, a nivel nacional, alrededor de 4 de cada 10 personas atendidas ya acuden por otras condiciones de salud mental, como ansiedad, depresión o conflictos familiares.
El contexto nacional confirma que la carga de los trastornos emocionales recae con más fuerza sobre las mujeres. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado (ENBIARE 2021) del INEGI, el 19.5 % de las mujeres adultas reportó síntomas de depresión, una proporción mayor que el promedio de la población adulta en general. Estudios basados en la Ensanut Continua 2022 también han documentado que las mujeres presentan más del doble de sintomatología depresiva que los hombres.
Organismos y especialistas advierten que, en México, solo una parte de quienes padecen un problema de salud mental recibe atención profesional; algunas estimaciones señalan que apenas 2 de cada 10 personas con este tipo de padecimientos llegan a consulta con un médico o psicólogo. En el caso de las mujeres, se suman obstáculos adicionales: la carga de cuidados en el hogar, la falta de tiempo y recursos económicos, el miedo al estigma y la normalización del "aguantarse" como parte de los roles de género.
En este escenario, el aumento de mujeres que llegan a los CIJ y a otros servicios comunitarios de salud mental es una señal de cambio: el 48 por ciento de los pacientes en el centro de integración juvenil de Nogales acuda a tratamiento psicológico habla de una mayor disposición a pedir ayuda a tiempo, de madres que buscan orientación para sus hijas e hijos, de personas que no quieren cargar en silencio con el peso de sus emociones.