El peso que no se ve, las secuelas hormonales de la obesidad

La obesidad infantil dejó de ser un problema aislado para convertirse en una crisis de salud pública. En México, las cifras son contundentes: 36.5 % de niñas y niños de 5 a 11 años presentan sobrepeso u obesidad, y entre adolescentes de 12 a 19 años el porcentaje asciende a 40.4 %. Estos datos corresponden al análisis 2020?2023 realizado por la Red por los Derechos de la Infancia en México.?Fuente: Red por los Derechos de la Infancia en México (2023). A nivel global, la Organización Mundial de la Salud reporta que en 2022 había más de 390 millones de niños y adolescentes de 5 a 19 años con sobrepeso, de los cuales 160 millones ya vivían con obesidad. Entre 2000 y 2022 la prevalencia mundial pasó de 8 % a 20 %, señal de una tendencia acelerada. Endocrinólogos consultados en hospitales públicos coinciden en un punto clave: los tratamientos llegan tarde. Miles de familias acuden al médico cuando el menor ya tiene complicaciones: hígado graso, hipertensión . "La consulta ideal es preventiva, no de emergencia", señalan. El problema se agrava porque muchos padres no identifican la obesidad como enfermedad, sino como "una etapa". La obesidad infantil no es producto de una sola causa. Los especialistas apuntan tres detonantes: aumento de ultraprocesados y bebidas azucaradas, sedentarismo: menos juego físico y más pantallas y desigualdad social, acceso limitado a atención médica y espacios seguros. Para la endocrinología pediátrica, el problema no es solo el peso. Endocrinólogos alertan que el exceso de grasa corporal en edades tempranas altera procesos hormonales clave: resistencia a la insulina, pubertad adelantada, problemas tiroideos y aumento del riesgo de diabetes tipo 2. La obesidad infantil, advierten, "no es estética, es una enfermedad metabólica crónica que se construye desde el entorno". La magnitud del fenómeno ya supera lo clínico, porque estos niños serán adultos con enfermedades crónicas antes de los 35 años.